10 lugares imprescindibles en la ciudad de México

Tras horas de vuelo cruzando el océano, desde la ventanilla del avión se ve un sinfín de luces y entonces se comprende la inmensidad de la ciudad de México. La urbe parece no tener fin y queda patente el reto que implica conocerla realmente en el tiempo que tenemos disponible.

Para aprovechar la visita al máximo, esta es una guía de 10 lugares indispensables para vivir esta megalópolis y sacarle todo el provecho posible.

Cada uno de sus más de nueve millones de habitantes tendrán diferentes opiniones de cómo disfrutar del conjunto de 16 delegaciones que, sin contar su área conurbada, forman la ciudad. Pero estos aparecerán en la mayoría de las listas:

Uno. El zócalo

La plaza más emblemática de la ciudad es conocida por todos por su nombre oficial de El Zócalo, aunque oficialmente es Plaza de la Constitución. Desde tiempo de los mexicas ha sido el centro neurálgico de la ciudad y hoy no sólo es un punto de referencia, sino un lugar imperdible de la capital.

El zócalo en si no es más que una enorme plancha 57.600 m², que ha perdido los jardines característicos de miles de plazas de México a favor de un espacio abierto para grandes concentraciones de gente. Pero a su alrededor se ven algunos de los edificios más importantes de la ciudad incluyendo la catedral y el palacio nacional. Sedes del poder político y religioso, tal y como se concibió su diseño desde la Colonia.

Además de estos, cuenta con el portal de mercaderes, hoy ocupado por dos importantes hoteles con las mejores vistas de la plaza y por varios negocios. Y a un costado de la catedral se muestran los restos del templo mayor, únicos vestigios de la antigua Tenochtitlán que se encuentran abiertos al público.

Dentro de lo que es la gente, el zócalo es recorrido por miles de personas al día, y si no existe un evento organizado o una protesta, al menos se puede ver como se iza la bandera monumental en el asta que domina el centro de la plancha.

Dos. La calle de Madero

A un lado de la Plaza de la Constitución, la calle de Madero, llamada así en honor a un presidente de principios del siglo XX, es una de las principales vías de entrada al zócalo, y escenario de una de las más importantes transformaciones que el centro de la ciudad ha vivido en los últimos años.

Otrora un camino vehicular, en el 2009 el gobierno de la capital tomó la decisión de peatonalizar la avenida, para convertirla en un corredor que uniera la plaza central con el parque de La Alameda.

La apuesta fue difícil en una ciudad que se resiste a dar prioridad al peatón sobre los vehículos, pero resultó un éxito, y hoy la calle se ha convertido en el principal paseo para las decenas de miles de personas que van al centro de la ciudad cada día.

Dos ventajas ha tenido el cambio, por un lado el comercio se ha dinamizado, beneficiando a los muchos locatarios que en varios casos siguen manteniendo abiertos negocios tradicionales. Por el otro a lo largo de toda la calle es posible disfrutar de la arquitectura colonial sin la preocupación de estar vigilando el paso de los vehículos.

El palacio de Iturbide, la casa de los azulejos, el oratorio de San Felipe Neri, el convento de San Francisco de Asís y la casa Borda son sólo algunos de los edificios que se contemplan al caminar por la calle.

Otra cosa que hoy se encuentra es la presencia de artistas callejeros, que van desde las estatuas humanas hasta cantantes de ópera y que dan mucha personalidad a una calle.

Es notable además que, contrario a otras áreas peatonales en grandes destinos turísticos, Madero sigue siendo una calle disfrutada esencialmente por la población local, que no ha dejado que el lugar pierda su personalidad a favor del turismo de masas.

El éxito de la peatonalización de Madero, invita a el gobierno de la ciudad a que continúe apostando por el peatón recuperando espacios para el uso de la población, y poniendo límites a la cultura automotriz que genera parte importante del estrés y la contaminación de la urbe.

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