10 rutas perfectas para redescubrir La Rioja

La Rioja

Enología, gastronomía, arte, cultura, deporte… esta comunidad autónoma con nombre de vino nos ofrece múltiples posibilidades de diversión para todos. Y aquí te traemos diez planes para que puedas descubrir o redescubrir esta tierra tan atractiva.

1. Visitas guiadas en Logroño

Por supuesto que es imprescindible pasear individualmente por Logroño para conocer a fondo la ciudad, pero una visita guiada nos abre muchas puertas a lugares a los que de otra forma no iríamos y nos ofrece un caudal de datos muy estimable. Nuestra recomendación es hacer primero una visita guiada y luego ahondar por nuestra cuenta en los aspectos que más nos interesen.

Están organizadas por el Ayuntamiento de Logroño y duran entre hora y media y dos horas. Se recorre el casco antiguo (arte, historia, cultura, gastronomía…) desde la Oficina de Turismo (Portales, 50) y pasa por la Puerta del Revellín, edificio de Tabacalera, Iglesia de Santiago, Iglesia de San Bartolomé, Palacio de los Chapiteles, Concatedral de Santa Maria de La Redonda, Espolón, Plaza de Abastos y las calles Portales, San Juan y Laurel.

Más información: Ayuntamiento de Logroño

2. «La Senda de los Elefantes»

En la visita guiada pasaremos por ella, y entonces decidiremos que hay que volver con más calma a la calle Laurel. El momento ideal es al comienzo de la noche, la hora del tapeo.

Laurel puede que sea la calle del mundo con más bares y tabernas por metro lineal. En poco más de 200 contamos más de 40 locales, cada cual con su especialidad en tapas: Champi en el Soriano, Tío Agus (carne adobada en salsa) en Lorenzo, Matrimonio (pimiento verde y anchoas) en Blanco y Negro, el bar mas antiguo de Logroño, Cojonudo (huevo de codorniz frito con picadillo) en La Simpatía, Zorropito (bocadillito caliente de lomo) en la Gota de Vino, Zapatilla de Jamón en el Villa Rica, Orejitas (de cerdo) en el Perchas…

Todo en medio de un buen ambiente que hace posible que las familias acudan con los niños pequeños y sin ningún problema recorran lo que se conoce como «La Senda de los Elefantes», porque muchos de los que entran en el Laurel salen con una buena trompa.

3. Rutas de las bodegas

La DOC Rioja tiene registradas 826 bodegas, la mayoría visitables, por lo que podemos realizar muchas rutas enológicas.

Ya que estamos en Logroño empezamos por las Bodegas Ontañón que están en el casco urbano, a las afueras. Fueron fundadas hace 25 años y podemos realizar una visita guiada entre sus 4.500 barricas y los cuadros, esculturas y vidrieras de Miguel A. Sainz (1955-2002), que decoran su museo. Las catas corren a cargo de Jesús Arechavaleta.

A 34 kilómetros de Logroño, por la Autopista Vasco Aragonesa (AP-68), llegamos a Briones. En medio de un gran viñedo está el Museo de la Cultura del Vino «Dinastía Vivanco», inaugurado en 2004 y catalogado como uno de los mejores en su género.

Siguiendo por la AP-68, a solo 8 kilómetros de Briones llegamos a Haro, capital de la Rioja Alta y bañada por el Ebro. Tierra de excelentes viñedos, la orilla de enfrente pertenece ya a la Rioja Alavesa.

Aquí están las Bodegas López de Heredia, las más antiguas (1877) de la localidad y una de las tres más importante de toda la Rioja. Su origen está en la llegada, hace 135 años, de vinateros franceses durante la plaga de la filoxera en el país vecino, que dieron a Rafael López de Heredia la idea de construir una cava. A principios del siglo XX, la bodega ya era más conocida por el nombre de uno de sus viñedos principales, Viña Tondonia, más de cien hectáreas de vides a orillas del Ebro.

4. Vinoterapia

La uva y el vino no se disfrutan solo con la vista, el olfato y el gusto, también a través de la piel. La vinoterapia reúne diversos tratamientos de relajación, salud y belleza, todos ellos con el vino como protagonista.

Algunos hoteles de La Rioja, como El Palacio Azcárate (Ezcaray), el Señorío de Casalarreina, Los Agustinos, Señorío de Briñas y Ciudad de Haro y casas rurales como la Facultad de Castroviejo ofrecen, entre sus servicios al cliente, masajes y tratamientos realizados con cosméticos elaborados con vino.

Friegas, baños, aromaterapia…. Los spas que ofrecen a sus clientes estos tratamientos son: Saline Spa, y Agua Manil Spa-center. El salón de belleza Ópalo ofrece también tratamientos de vinoterapia.

Y para prolongar más allá de nuestra estancia en La Rioja los beneficios de la vinoterapia, se pueden adquirir en muchas tiendas productos muy originales. Una de ellas es la Nueva Antiqua, de Logroño, donde encontramos todo tipo de cosméticos que tienen entre sus componentes tanto extractos de uva, como algunos elementos del vino.

5. A vista de pájaro

Quizás deberíamos haber empezado por aquí, por el origen del vino, es decir, por los viñedos. Una forma muy interesante de contemplarlos es a vista de pájaro, en globos aerostáticos. Un de las agencias más conocidas, Globos Arcoiris, está en Haro, en pleno corazón del Valle del Ebro, en la Rioja Alta.

Dependiendo de la época del año, el paisaje es totalmente diferente. Ahora, en tiempos de frío, las vides de han desprendido de sus hojas y los viñedos aparecen desnudos. Si ha nevado, la perspectiva cambia totalmente y el manto blanco deja aparecer aquí y allá los troncos oscuros y retorcidos.

Atendidos por campeones internacionales, los globos solo despegan con unas condiciones atmosféricas idóneas. Una vez en el aire se brinda con cava (yo lo cambiaría por un blanco seco) y al finalizar la experiencia se recibe un diploma acreditativo.

Contemplar los campos riojanos a cierta, pero no demasiada, altura, inmersos en el silencio (cuando callan los mecheros que calientan el helio) impresionante de la mañana, el viento es el que manda, por eso la ruta no es siempre la misma, lo que añade un plus de aventura muy interesante.

6. Una estrella Michelin

Inevitablemente llega la hora de comer o de cenar, y esto en la Rioja es una muy buena disculpa para disfrutar de su gastronomía. Desde un recorrido por algunos bares de pinchos, hasta el socorrido asador, cualquier opción suele ser buena.

Una de las mejores es, sin duda, acercarse a la Venta Moncalvillo en Daroca de Rioja (a 18 kilómetros de Logroño), un pueblito de apenas medio centenar de habitantes. La estrella Michelin del restaurante convierten a esta localidad en la más pequeña del mundo con tal galardón. Una sala relativamente pequeña para 50 comensales (tantos como habitantes) inaugurada en 1997 y atendida por Carlos Echapresto, segundo premio mejor sumiller de la Rioja 2008.

En los fogones su hermano Ignacio, mejor cocinero de la Rioja 2008, y Chef Millesime 2011. Cocina imaginativa con raíces profundamente riojanas. Excelente carta de vinos.

7. Ciudad de la verdura

Podemos comer en Daroca de Rioja y cenar en Calahorra, o viceversa. Segunda localidad de La Rioja, después de Logroño, Calahorra se encuentra en la desembocadura del río Cidacos en el Ebro, en un meandro con las mejores condiciones para cultivar una de las huertas más importantes de España. No es extraño pues que Calahorra esté considerada como la Ciudad de la verdura.

La huerta es la protagonista de tascas como «Las Vegas», en las que Ángel y Esther ofrecen excelentes tapas de ajoblanco, espárragos o alcachofas, verdadera alta cocina en miniatura.

Cada año, Calahorra celebra las Jornadas Gastronómicas de la Verdura en la que participan primeros cocineros de toda España. Uno de los mejores restaurantes para degustar las delicias hortelanas es Chef Nino, donde la menestra clásica de verduras alcanza cotas sublimes.

8. El primer festival del año

Y como no sólo de pan (y vino en este caso) vive el hombre, busquemos la cultura. En La Rioja no es difícil encontrarla. El Actual Festival es un buen ejemplo.

Dedicado principalmente a la música y el cine contemporáneos, se viene celebrando desde 1991. Es el primer festival del año, pues tiene lugar en Logroño los primeros días de enero, con una completa programación, en la que se da cabida a las más variadas manifestaciones culturales y artísticas para todos los públicos.

Este festival, «Escenario de Culturas Contemporáneas», se ha convertido en un evento de referencia nacional.

9. Autobús Jurásico

En principio parece ideado para los pequeños, pero damos fe de que lo disfrutan tanto o más los mayores. En primer lugar no hay que confundir el Dinobus con el Vinobus, que también existe. El segundo está dedicado a recorrer viñedos y bodegas, mientras que el Dinobus, el que nos ocupa ahora, recorre algunos de los yacimientos paleontológicos y de icnitas mejor conservados a nivel nacional, localizados en La Rioja Baja. Tierra de dinosaurios que no tiene nada que envidiar a Parque Jurásico, pero de verdad.

Como en un Magical Mystery Tour, durante la mañana se visita el tronco fósil de Igea, un tronco de árbol de 11 metros, fosilizado hace 120 millones de años. Tras degustar un almuerzo típico riojano, por la tarde el Dinobus sigue su recorrido, que incluye una visita guiada al Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja en Igea, un referente didáctico de la investigación en la zona.

10. Bicicletas Todo Terreno (BTT)

Y cerramos este decálogo de actividades para pasárselo bien en La Rioja con la bicicleta todo terreno (BTT).

La Reserva de la Biosfera de La Rioja es una amplia extensión que ocupa casi la cuarta parte de la superficie regional en su zona suroriental, con un territorio dotado de una homogeneidad geográfica, climática y paisajística de alto valor ambiental que ha merecido por parte de la UNESCO la declaración de Reserva Mundial de la Biosfera.

Los llamados Anillos Ciclo-Montañeros son rutas dentro de la Reserva que se realizan tanto a pie (senderismo) como en bicicletas BTT y constan de siete etapas con un total de 150 km.

Leza, Soto de Cameros, Robres del Castillo, Ocón… son algunas de las localidades por las que discurren las rutas.

Los 3 centros BTT se encuentran en Pipaona (Ocón), Santa Engracia del Jubera y Munilla. Constan de un aparcabicis, un sistema de agua a presión para la limpieza de las bicicletas y los paneles informativos de los recorridos.

Leído en ABC Viajes

 

 

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