8 razones para perderse en las islas Cíes

Islas Cíes, Galicia

Quienes las conocen saben que lo difícil no es encontrar ocho encantos a las Cíes sino elegir de entre todos ellos tan sólo ocho. Los romanos las bautizaron como ‘las islas de los dioses’, y lo cierto es que hay algo de divino en ellas. En parte, por el listado de tesoros naturales que acoge, que es largo: colonia de aves marinas y hogar predilecto para decenas de especies de invertebrados, las Cíes tienen playas de ensueño, acantilados de postal, panorámicas de quitarse el sombrero… Por todo ello, y porque pocos rincones del mundo pueden hacerle sombra, hace ahora casi un año que inició su andadura para que la UNESCO lo declare Patrimonio Natural de la Humanidad. Estos son sólo algunos de sus méritos.

Playas de postal

Uno de los encantos más evidentes de las Cíes son sus espectaculares playas de agua transparente y fina arena blanca en un entorno completamente natural sin edificaciones que estropeen la foto. Aunque la más conocida de todas ellas es la de Rodas, que el periódico The Guardian eligió como la mejor playa del mundo, hay otras ocho playas más donde elegir.

Todas ellas pequeños paraísos, aunque con diferente nivel de ocupación: en el parque se permite la entrada de 2.200 personas diarias, lo que ya limita el número de bañistas, pero a algunas playas, como la de San Martiño, sólo se puede acceder en embarcación privada, por lo que si llegas a ese pequeño edén estarás además prácticamente solo.

El lago Dos Nenos

Recibe este nombre la superficie que se forma justo detrás de la playa de Rodas y que une las dos islas: Monteagudo y do Faro. Por el lado abierto al mar hay una pasarela que se convierte en el único nexo de unión entre ambas islas cuando la marea sube mucho. ¿Lo más característico de esta laguna? Que constituye un rico ecosistema de multitud de especies marinas. De hecho, uno de los mayores atractivos de este lago para los niños (y no tan niños) es acercarse a él y ver la cantidad de peces que lo habitan, ya que su superficie transparente los deja ver.

Colonias de aves marinas

22.000 parejas de gaviota patiamarilla tienen en las Cíes su hogar, el mayor del mundo, y conviven con otras 2.000 parejas de cormorán moñudo, lo que supone alrededor del 50% de la población en toda España. No son las únicas colonias de aves en estas islas: la gaviota cenicienta, el ostrero o el paíño europeo también han encontrado en las islas Cíes su pequeño paraíso.

Bosques de algas

También bajo el mar crecen bosques, y en las Cíes son muy característicos los bosques de algas pardas, con especies que superan los dos metros de altura. Gracias a ellas, centollos, nécoras, pulpos y otras especies marinas encuentran refugio y también alimento.

Paisaje dunar

Parte del encanto de estas islas que pertenecen al Parque Nacional de las Islas Atlánticas junto con las Ons, Cortegada y Sálvora son los paisajes que se forman gracias al sistema dunar de las islas Cíes. Existen cordones dunares más o menos extensos en todas las islas pero el más destacado es el de la playa de Rodas.

Fauna marina

En las Cíes es fácil encontrar todo tipo de mariscos y crustáceos, aunque si hubiera que nombrar un rey el más popular, por numeroso, sería seguramente el mejillón. Entre los pescados más abundantes, los sargos, las doradas, los salmonetes, el lenguado y un considerable etcétera están entre los habitantes habituales, igual que la marsopa, el delfín común y el delfín mular, que viene a estas aguas a reproducirse.

Patrimonio bajo el mar

Al poco tiempo de que se comenzara la primera catalogación de los restos arqueológicos hallados bajo las Cíes, los especialistas concluían que bajo aquellas islas se encontraba uno de los patrimonios subacuáticos más interesantes del mundo. Un barco de la flota de Francis Drake, anclas de piedra, sables o un anillo con sello ducal son algunos de los restos encontrados.

La ruta de los faros

Para los amantes de los faros, irse de las Cíes sin visitar el faro del monte Faro, en la isla central o isla do Faro, es un pecado. Situado a 178 metros de altura sobre el nivel del mar, se accede a él por un camino en zig zag tras el que hay una impresionante panorámica de los acantilados y la isla de San Martiño. No muy lejos de él se encuentra el faro da Porta, que funciona con energía solar y marca el inicio de la zona de reserva de aves marinas. En la isla norte o de Monteagudo está el faro do Peito, que marca la entrada norte de la ría de Vigo junto con los faros de cabo Home en la costa del Morrazo. Ya en la isla Sur o de San Martiño está el faro Dos Bicos, coronando un estrecho camino a las faldas del monte Pereira.

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Leído en Marabilias

Comentarios

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