Albania: el paraíso secreto de Europa

Berat

Albania es, sin duda, uno de los países más desconocidos del viejo continente. Sus 40 años de dictadura comunista lo han mantenido al margen del desarrollo y el turismo, que hoy en día viven sus mejores momentos en este país. Este país balcánico limita con Montenegro, al sur con Grecia, al noreste con Kosovo y al este con la República de Macedonia.

Con su imponente paisaje montañoso, playas que pueden competir con las mejores del Mediterráneo, y su próspera capital Tirana, Albania es la bella durmiente de los Balcanes.

Albania tiene la fortuna de contar entre sus costas con el mar Jónico al suroeste y el mar Adriático al oeste, este último responsable de formar cabos y golfos que conforman un paisaje muy mediterráneo. Su capital, Tirana, antiguamente solía ser protagonista de diferentes manifestaciones que terminaron con el derrumbe del gobierno comunista, ahora vive un auténtico renacer, ya que en los últimos años se ha convertido en una emergente metrópolis. Su población casi se ha duplicado en la última década y su paulatino crecimiento la convierte en una capital cada vez más rica en cultura y oportunidades.

Albania cuenta con tal abundancia de belleza que cabe preguntarse por qué ha tardado tanto en consolidarse como destino turístico tras el fin de la era comunista en 1991. Tan atrasada estaba que necesitó dos décadas para equipararse con el resto de la Europa del Este. Ahora que por fin lo ha conseguido, despliega sus numerosos atractivos: antiguos códigos de conducta de las montañas, yacimientos arqueológicos olvidados y pueblos en los que el tiempo parece haberse detenido.

Tirana

En la animada y pintoresca Tirana, las esperanzas y los sueños de esta pequeña nación parecen fusionarse en un vibrante torbellino de tráfico, consumismo y diversión. Tras la extraordinaria transformación sufrida desde principios de la década de 1990, el centro presenta edificios pintados en colores primarios, además de plazas y calles peatonales por las que pasear resulta un placer.

Es muy agradable caminar sin tener la necesidad de estar con el gran estrés de perderse alguna atracción turística ya que la ciudad es bastante pequeña. Los lugares más interesantes para visitar son el Museo Nacional de Cultura de Albania, el Museo de Arqueología, el Museo de Ciencias Naturales, el Instituto de Agricultura, la Biblioteca Nacional, la mezquita de Etehem Bey y la La Universidad de Tirana.

Albania tiene esa gran particularidad de mezclar la Europa occidental y la antigua Rusia con la cultura de Oriente Medio. Es por ello que su arquitectura se confunde entre el estilo soviético y la herencia otomana y romana, excusas ideales para visitar un país diferente, lleno de contrastes.

Para los que se animan mayormente con paisajes más veraniegos, Albania cuenta con una costa de calas privilegiadas y playas prácticamente vírgenes que recorren las orillas de las ciudades de Saranda, Himara y Vlora, al sur del país. Su clima mediterráneo hace que estas localidades sean perfectas para ser visitadas en primavera-verano.

Gjirokastra

Además de estos paísajes de ensueño, el país balcánico cuenta con tres destinos turísticos catalogados como Patrimonio Cutlural de la Humanidad de la Unesco: la ciudad de Gjirokastra, que cuenta nada más ni nada menos que con 23 museos; Berat, una de las ciudades más antiguas de Albania con 2.000 años de historia; y las Ruinas Butrint, joyas de la arqueología greco-romana.

Aunque no son grandes obras arquitectónicas, cabe destacar los innumerables búnkers que se multiplican por todo el país. Más de 750.000 de ellos fueron construidos bajo el régimen comunista de Enver Hoxha para proteger a Albania de posibles enemigos. Son tantos y tan particulares que ya forman parte del paisaje y de la personalidad del pueblo albanés. Su utilidad varía de tiendas y almacenes hasta WC públicos e incluso modernos restaurantes.

Para llegar hasta Albania lo mejor es buscar vuelos a Tirana, la capital. Tenemos diferentes opciones de salidas: desde Barcelona, Madrid y Valencia viaja Alitalia con escala en Roma. También tenemos como opciones Air France y Austrian Air con escala en París y Viena, respectivamente. En no más de cinco horas y media podrás estar en un paraíso totalmente desconocido en el mediterráneo disfrutando de paisajes espectaculares, ¡una mezcla cultural muy especial!

Leído en Liligo

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