Almería, Capital Española de la Gastronomía en 2019

Almería, Capital Española de la Gastronomía en 2019La ciudad de Almería se ha estrenado como nueva Capital Española de la Gastronomía 2019 después de que fuera designada como tal el pasado 17 de octubre tras quedar como única finalista al haber presentado la mejor «candidatura de la historia», según reconoció posteriormente el presidente de la CEG, Mariano Palacín. Una oportunidad que aprovechará la ciudad para posicionarse como destino gracias a sus productos y restaurantes.

«Este va a ser el año de la ciudad», ha asegurado la concejal de Promoción de la Ciudad, Carolina Lafita, quien ha detallado que desde el Ayuntamiento ya se ha cerrado prácticamente la planificación de actividades del primer trimestre del año para poner «a Almería en el plano» y mostrar que es la ciudad «donde mejor se come».

El Consistorio almeriense espera sacar provecho de este título al que, durante el periodo de selección, presentó un dossier de actividades —“una oferta de actividades arrolladora, con más de 300 actos”— para convencer al jurado, si bien el equipo de gobierno espera sumar «nuevos apoyos» para «seguir creciendo» durante este año.

Además de ser “la huerta que abastece a toda Europa”, el jurado valoró de Almería su gastronomía “que combina mar y tierra”, productos estrella como la gamba roja de Garrucha o el pulpo seco, platos tradicionales como los gurullos, las migas y la olla de trigo y que se trata del “imperio de las tapas”, lo que “permite comer muy bien por seis o siete euros”. También que en su oferta hostelera conviven la tradición y la innovación en una ciudad que por primera vez lleva la Capital Española de la Gastronomía al Mediterráneo y por segunda a Andalucía.

Almería, devoción por las tapas

No hay tapa más típica y auténtica en Almería que el chérigan o cherican, una rebanada de pan tostada, untada de alioli y con «algo» encima: atún, jamón cocido… Sencilla pero de sabor y tamaño generosos, cuenta la leyenda que su singular nombre está relacionado con el rico pasado cinematográfico de la ciudad.

Mito o realidad, no hay duda de que el tapeo es uno de los pilares fundamentales del acervo gastronómico almeriense, junto con la calidad y frescura de su famosa huerta y de sus productos del mar. Tres pilares que han pesado, y mucho, en su designación como Capital Española de la Gastronomía 2019.

Ir de tapas en Almería es una tradición que roza casi el fervor religioso, y no es difícil comprender tal devoción. La ciudad es uno de esos paraísos de nuestra geografía en el que las tapas se sirven gratuitamente al pedir una bebida (vino, cerveza, vermut…) en casi todos los locales, por lo que es fácil comer o cenar bien por menos de 10 euros pidiendo varias cervezas. Una grata misión que facilitan numerosos establecimientos del centro y que desde hace años dan forma a una ruta habitual para locales y turistas.

Visitando Almería

Después del tapeo, y de pasear por el barrio de la antigua Medina y la Alcazaba —huellas de su próspero pasado musulmán y escenario de cine—, podemos tomar una digestiva infusión de aromas morunos en alguna de las teterías que salpican sus callejuelas empinadas.

Otra visita imprescindible es el Mercado Central (C/ Ulpiano Díaz, 14), un magnífico ejemplo de arquitectura del hierro de finales del siglo XIX. Restaurado hace seis años, hoy sirve de escenario a showcookings y otros eventos culinarios, además de llenar la cesta de la compra de los almerienses gracias a su riquísima huerta —la misma que surte de tomates, pepinos, pimientos y otras hortalizas a toda Europa— y su amplia selección de productos del mar.

Éstos llegan hasta el mercado desde otro de los puntos «calientes» de la gastronomía almeriense: la lonja de pescado, un rincón del puerto que merece la pena visitar para conocer en primera persona —temprano en la mañana o a media tarde— cómo llegan a tierra firme y se subastan los productos más típicos de la costa almeriense, entre los que destacan la gamba roja de Garrucha, el Gallo Pedro, los salmonetes, el pulpo o la jibia, por citar algunos de ellos.

Falta el último trámite para los que se acerquen a la cudad: escaparse hasta el cercano Cabo de Gata para disfrutar al atardecer de las sobrecogedoras vistas que ofrecen rincones como el arrecife de Las Sirenas, con sus abruptos acantilados bañados por el sol, el mismo que, con ayuda de miles de invernaderos, obra el milagro de convertir la árida Almería en la mayor huerta de Europa.

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