Benasque, el corazón de los Pirineos

En tiempos no muy lejanos, el Valle de Benasque, en el Pirineo Aragonés, era conocido como el Valle Escondido. Para llegar había que viajar por las montañas una jornada entera. Los tiempos han cambiado y hoy el valle se ha transformado en un ejemplo perfecto de equilibrio entre turismo y naturaleza. El Valle de Benasque te está esperando y seguro que te sorprende.

El turismo, sobre todo en invierno, ha dado una vida nueva a este valle ancestral repleto de lugares de belleza inusitada. Primero fueron los esquiadores los que acudieron a conocerlo, pero hoy en día el valle ha demostrado tener suficientes encantos como para atraer a turistas el año entero.

Su capital, Benasque, es de hecho uno de los pueblos más animados de todo el Pirineo. El auge del esquí y del turismo de montaña han atraído a una numerosa población joven que se ha asentado aquí para poder disfrutar todo el año de este precioso enclave.

El pueblo y el valle están situados en el mismo corazón de los Pirineos. Benasque pueblo ha conservado ese aire medieval de pueblo de montaña, con su casco antiguo con casas de piedra y tejados de pizarra. Las joyas de su patrimonio son quizás la románica iglesia de Santa María o el Palacio de los Condes de Ribagorza, de estilo renacentista.

Eso en cuanto a su patrimonio arquitectónico, porque la gran joya que atrae cada año a miles de visitantes es la belleza de los arrebatadores paisajes a lo largo y ancho del valle. Una parte del municipio forma parte del Parque Natural Posets-Maladeta, conocido por albergar 13 glaciares, 95 lagos y más cumbres de más de 3000 metros de altura que ningún otro parque de los Pirineos.

Si te gusta esquiar, la mítica estación de Cerler está ahí mismo. Si no eres de deportes blancos, hay muchos lugares que merece la pena visitar. Por ejemplo, sus más de 30 pueblos y villas con encanto, con su arquitectura tradicional altoaragonesa, y a los que el aislamiento geográfico les ha sentado muy bien para conservar hasta hoy en día sus tradiciones y su cultura.

Si lo que te mueve realmente para viajar es el buen comer, en el valle se precian de sus excelentes plato de carne a la brasa y sus guisos de caza. También son tradicionales las sopas de ajo y las migas con uva o huevo, comida potente que durante siglos ha dado energía a estos pueblos de aguerridos pastores.

Leído en Toprural

Comentarios

Deja un comentario