Buscando al diablo por Navarra

Museo de las Brujas, Zugarramurdi

Museo de las Brujas, Zugarramurdi

Lo de los aquelarres en Zugarramurdi no podía ser un hecho aislado y efectivamente podemos descubrir que, como no podía ser de otra forma, en una tierra tan profundamente religiosa, el Diablo acecha en cada esquina. En la misma Tudela lo descubrimos en la maravillosa portada del Juicio de su Catedral, donde aparece representado de formas muy  distintas, pero sólo tienes que acercarte a la oficina de turismo para que te informen sobre las cuatro rutas que se han creado sobre el mundo de la Brujería en la Comunidad Foral.

Según parece casi sesenta poblaciones navarras fueron visitadas por los funcionarios de la Inquisición durante los siglos XVI y XVII. Y sólo hay que viajar un poco para descubrir que la huella del Diablo sigue muy presente en esta tierra. En la zona de Roncesvalles hay bosques de robles y hayas absolutamente misteriosos como el de Irati, que además de ser una maravilla de la naturaleza, desprenden un halo de misterio que no pasa desapercibido. No es de extrañar que fueran escenario de múltiples aquelarres y ceremonias  relacionadas con el maligno.

En Vidángoz, en el valle de Roncal, durante una noche de la última semana de agosto, dan la bienvenida a Maruxa, la bruja más emblemática de la localidad. En el precioso valle del Baztán, no sólo destaca Zugarramurdi, un pueblo de lo más pintoresco donde se puede visitar su famosa cueva por 4 euros y el Museo de la Brujería, pero también hay que acercarse a Urdax que cuenta con sus propias cuevas aun más espectaculares, si cabe, y a Arraioz en cuyo Jauregizarrea  (uno de los edificios más bonitos de la zona) la Inquisición torturaba a los sospechosos de brujería.

Por todas partes, por si acaso, se ven flores de cardo adornando las puertas de las casas, ya que se cree que sirven para espantar a los malos espíritus.

Si cruzas la cada día más invisible frontera con Francia para seguir la huella del Diablo por pueblos como Espelette, famoso por sus pimientos picantes, pero donde no faltan  ni cuevas, ni inquietantes prados con un pasado más que dudoso, además de buenos restaurantes donde probar l‘Axoa. De paso puedes visitar Villa Arnaga, el palacio que Edmond de Ronstand se hizo construir con los derechos de autor que recibió gracias al éxito de su Cirano de Bergerac. ¡Apunten  para otra escapada! Se encuentra  en Cambo les Bains donde aún se recuerda el paso de Isaac Albeniz por su balneario.

De vuelta a Navarra, cerca de Viana, donde por cierto está enterrado Cesar Borgia, se encuentra la laguna de Cañas, donde, según cuentan los lugareños, en un prado cercano todavía se celebran aquelarres. El lugar da un poco de yuyu. Muy cerca, en Bargota, donde nació el brujo Johanes, se celebra cada verano la mayor reunión de aficionados a la brujería.

Te puedes acercar también al valle de Malerreka, donde en 1611 el inquisidor Salazar visitó la ermita de San Miguel en Santesteban con el fin de purificarla, ya que al parece  se celebraron no pocos aquelarres, ni a Uztegi donde Pedro Olea rodó  en 1984 su película «Akelarre».

En realidad al Diablo se le puede encontrar en cualquier rincón de Navarra . Te lo encuentras también en la portada de la Iglesia del Crucifijo de Puente de la Reina, uno de los hitos del Camino de Santiago.

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