El «Camino de los Faros» de Galicia
Desde Malpica hasta Finisterre, sin perder de vista ni un segundo el mar, este recorrido transita por los rincones más dramáticos y bellos de la Costa de la Muerte en una ruta exigente para senderistas.
Si Irlanda cuenta con The Wild Atlantic Way, Gales con The Wales Coast Path, Bretaña con Le Sentier des Douaniers y Portugal tiene La Rota Vicentina, ahora Galicia se une a esos emblemáticos senderos atlánticos con O Camiño dos Faros. Coincide en varios tramos con la antigua Ruta a Pé pola Costa da Morte pero, a diferencia de ésta, la casi totalidad de sus 200 kilómetros de trayectoria se hacen a lo largo de la misma costa, casi siempre por senderos, sin perder nunca de vista el mar.
Todo comenzó en diciembre de 2012, cuando un grupo de amigos, que se autodenominan Los Trasnos, se propusieron crear un nuevo camino entre Malpica y Finisterre, o lo que es lo mismo, a lo largo de la Costa de la Muerte. Dicen que cuando alcanzaron su objetivo quedaron tan alucinados de lo que sintieron que decidieron contárselo a todo el mundo. Desde entonces, el número de Trasnos ha ido creciendo para seguir desarrollando un proyecto colaborativo donde todos tienen cabida y donde, según sus creadores, sólo hay un objetivo: que O Camiño dos Faros exista y que lo haga mucha gente, con el máximo respeto a la naturaleza.
Rumbo a ‘Finis Terrae’
La ruta se puede hacer en compañía de esos Trasnos que organizan de forma regular salidas para realizar una etapa en concreto o todo el recorrido, pero también se puede realizar por cuenta propia, aunque teniendo en cuenta que se necesita cierta preparación. No es un paseo por la playa. La dificultad media es moderada, incluyendo desniveles de hasta 200 metros, y algunos puntos rocosos pueden resultar medianamente complicados.
Tomada la decisión, sólo hay que ponerse botas de senderismo y seguir las flechas verdes y los puntos intermitentes del mismo color que confirman el buen camino. Cada una de las ocho etapas, de unos 25 kilómetros, está planificada para una media de nueve horas, andando a un ritmo tranquilo de 3 km/hora para disfrutar del espectacular paisaje, quizás uno de los más sobrecogedores de la península. Y donde siempre se incluye al menos un faro que nos sirve de guía.
Faro de Punta Naringa
Desde el modernísimo de Punta Nariga, diseñado por César Portela y el último faro construido en Galicia, al de Finisterre, de 1853, a 138 metros sobre el nivel del mar y considerado el cabo del Finis Terrae. Para los principiantes una buena opción es hacer sólo la primera etapa, que incluye el muy animado y pintoresco puerto pesquero de Malpica, tres faros y multitud de estupendas playas en un sube y baja que se puede alternar con bañitos y pausas en cada uno de los preciosos arenales. Y como regalo, una visión panorámica de las Islas Sisargas desde el Cabo San Adrián.
Dolmen de Dombate
La gran estrella de la segunda etapa es el faro Roncudo y en la tercera espera el dolmen de Dombate y el castro de A Cibda. La cuarta, en cambio, es un camino de múltiples formaciones rocosas que han inspirado tanto a artistas como poetas. Pero la etapa reina es, sin duda, la quinta, en la que se atraviesa el corazón de la Costa da Morte, el mayor espectáculo paisajístico de este Caminho dos Faros. Es de visita obligada el Cementerio de los Ingleses, recuerdo de uno de los mayores desastres que ha conocido esta costa, pero también el Faro de Vilán, la Ermita de la Virxe do Monte y la vista desde la cima de la duna Blanca.
Faro del cabo Vilán
Al final, como broche de oro, aguarda la villa de Camariñas. Tras una etapa de transición llega la séptima, con serios desniveles que se compensan con los baños que se pueden disfrutar en playas como la de Moreira, la visión marina desde el faro de Touriñan o conocer donde se pone el último sol de Europa.
Más información: O Camiño dos Faros
Leído en Ocholeguas
Comentarios
Estoy encantado de encontrar blogs donde hay informacion tan necesaria como esta. Gracias por aportar este post.
Saludos