Cinco razones para conocer Teruel

Escalinata de Teruel

Escalinata de Teruel (Foto: Trevor Huxham / Flickr)

De las tres provincias que conforman la comunidad de Aragón, probablemente Teruel sea la gran desconocida. Sin embargo, se trata de una ciudad fascinante no sólo en cuanto a su historia sino también en cuanto a su rico patrimonio cultural y su deliciosa gastronomía. Desde que hace más de una década sus habitantes reivindicasen más inversiones e infraestructuras para crecer con el célebre lema “Teruel existe”, esta provincia ha demostrado que tiene mucho que ofrecer también a nivel turístico.

Si todavía no conoces Teruel, a continuación te damos varias razones por las que debería convertirse en destino de tu próxima escapada.

Teruel, capital del arte mudéjar

En Teruel encontramos uno de los mejores ejemplos de arte mudéjar del mundo, lo que le ha valido ser reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. El mudéjar es una simbiosis del románico y gótico propios de Occidente y de los elementos decorativos más característicos de la arquitectura musulmana. Este estilo solamente se dio en la península Ibérica, que fue el lugar en el que convivieron durante varios siglos ambas culturas. A cualquier visitante que le guste el arte medieval, sin duda disfrutará contemplado el rico patrimonio histórico artístico de Teruel.

La catedral de Santa María fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986 junto a la torre y el cimborrio del templo. Su torre data de 1257 y pertenece al modelo torre-puerta de gran trascendencia en el arte turolense. Es uno de los primeros monumentos del mudéjar aragonés. Está considerada como la Capilla Sixtina del arte mudéjar gracias a su techumbre de madera policromada decorada con motivos medievales que ofrecen una visión completa de la sociedad de la Edad Media.

Las torres mudéjares más antiguas son la de San Pedro y la de la Catedral. Pertenecen a mediados del siglo XIII. Su decoración es sobria en comparación con las que se levantaron posteriormente y tiene una clara influencia románica. Ya en el siglo XIV, se levantaron las torres de El Salvador y San Martín. A su construcción se le adjudica una trágica leyenda de amor que cualquier turolense sabe contar. Ambas son de mayor tamaño que las anteriores, tienen rasgos góticos y poseen una exuberante riqueza decorativa.

La iglesia de San Pedro de Teruel es otro de los mejores exponentes del arte mudéjar aragonés. Se ubica cerca de la plaza del Torico (centro neurálgico de la ciudad) y data del siglo XIV pese a que su torre es más antigua.

Su estilo es gótico-mudéjar pero a lo largo del tiempo sufrió varias transformaciones, pero la más importante tuvo lugar a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando el turolense Salvador Gisbert pintó sus muros con cierto aire modernista historicista tan de moda a principios de siglo.

Esta iglesia es célebre porque en 1555 se descubrieron, en el subsuelo de una de las capillas laterales, las momias de los Amantes de Teruel que ahora reposan en un bello mausoleo contiguo a la iglesia de San Pedro.

Ocio para todos en Teruel

La oferta de ocio en la provincia es de lo más diversa. Por un lado tenemos Dinópolis, un parque temático único en Europa dedicado a la paleontología y a los dinosaurios, de los que se han hallado importantes restos en Teruel.

Por otro lado, los aficionados al deporte podrán disfrutar a lo grande en las pistas de esquí de Javalambre-Valdelinares y en la Ciudad del Motor de Aragón, Motorland, que cada año acoge el Gran Premio de Aragón de Moto GP en Alcañiz, uno de los pueblos con más encanto de esta tierra.

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