Costa de Almería, la eterna primavera

Costa de Almería (joaquin.bretones / Flickr)

Más de doscientos kilómetros de costa enaltecen la provincia de Almería. Hay calas y playas vírgenes que brindan cada día sus encantos a los miles de turistas que viajan hasta aquí seducidos por sus encantos naturales.

La Costa de Almería es un destino de eterna primavera. A lo largo de sus más de doscientos kilómetros de litoral, Almería despliega su magia y encantos a los miles de viajeros que cada año acuden hasta aquí. Calas, playas y costa virgen sirven de aval de presentación de un paisaje que siempre queda impreso en las retinas más exigentes.

De poniente a levante, a lo largo de la franja costera, quedan a la luz las huellas que han ido dejando pueblos y civilizaciones. Es el caso del conjunto monumental de la Alcazaba de Almería capital, las torres vigías y los castillos que dotan de gran espectacularidad a estos kilómetros de costa.

Las playas del Poniente abren un abanico de posibilidades para el turismo familiar y deportivo, con opciones tanto para mayores y pequeños, como un amplio equipamiento en las playas para aquellos que gustan de practicar su deporte favorito. Los amantes de los deportes de viento tienen en estos lugares uno de sus reclamos preferidos para disfrutar de su afición.

Deportes de viento

Windsurf, kitesurf, bodyboard y otras disciplinas tienen en el Poniente de la provincia su epicentro. El paisaje que singulariza el contrapunto a esta gran pista deportiva al aire libre es la belleza del Paraje de Punta Entinas Sabinar, donde la naturaleza juega un papel protagonista convirtiéndose en un pilar fundamental para los turistas y amantes de la naturaleza.

Una vez pasado el Poniente abre sus puertas la magnificencia de la capital donde la conocida playa de El Zapillo es un punto de encuentro entre vecinos y amigos que pasan sus tardes a la orilla del Mediterráneo. Más alejadas de la capital y sin perder un ápice el encanto de ser puerta de entrada al Parque Natural de Cabo de Gata se encuentran las playas de Retamar, El Toyo y Torregarcía –en la que según reza la leyenda se apareció la patrona de la ciudad–. Todas ellas presumen de ofrecer magníficos atardeceres en los que el cielo se pinta de rojo anaranjado.

El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar es un enclave paradisíaco. Sus playas cuentan con vegetación y unos fondos marinos que sorprenden por la transparencia que presentan a quienes deciden optar por el buceo. Lugares como la Cueva del Francés, El Carnaje, Túnel Naranja o Los Escullos presentan un atractivo indudable.

Escenarios de película

Tanto como Cala Rajá, Cala Carbón, Cala de la media Luna, Genoveses y Mónsul que son algunos de los nombres imprescindibles para entender la calidad y la sorprendente orografía de la costa almeriense. Estos lugares han servido de plató natural para el rodaje de películas como Simbad y el ojo del tigre de Sam Wanamaker, Indiana Jones y la última cruzada de Steven Spielberg o la más reciente Vivir es fácil con los ojos cerrados de David Trueba.

Pero el atractivo de la provincia a la orilla del mar no acaba aquí. La posibilidad de disfrutar de la arena de las calas de levante es otra de las opciones más demandadas por los turistas. A playas como la de Garrucha acuden muchos viajeros buscando la tranquilidad de sus aguas y la calidez de su arena. En sus alrededores destacan espacios como la playa del Castillo de Macenas en Mojácar o la playa de Cala Panizo, en Cuevas del Almanzora.

Todas cuentan con un entorno privilegiado al que ponen el broche de oro enclaves como Carboneras, Mojácar, Garrucha, Vera o Pulpí que despide a los visitantes en la espectacular playa de los Cocedores, uno de los enclaves más bellos y espectaculares de la provincia.

Leído en Ocholeguas

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