Gastronomía y enoturismo en Valladolid

Bodegas Protos, Peñafiel

Bodegas Protos, Peñafiel (Foto: Ana Ramirez de Arellano / Flickr)

Saborea la gastronomía de la provincia de Valladolid, donde la calidad y la variedad van de la mano. En la cocina vallisoletana conviven recetas tradicionales y elaboraciones artesanas con los nuevos gustos por la innovación y siempre partiendo de una materia prima excepcional: lechazo, pan, piñones, espárragos, ajos, la lenteja pardina o el garbanzo castellano; quesos y lácteos, pichones, setas, los dulces, etc.

Exquisito manjar y protagonista indiscutible de la gastronomía vallisoletana es el lechazo, alimentado exclusivamente con leche materna de la oveja churra (raza ovina originaria de Castilla y León), que se prepara asado en horno de leña, a la parrilla en pinchos o frito.

De renombre internacional y conocido en toda España: el pan de Valladolid, con una seña de identidad única por su sabor y blancura, ha conseguido el distintivo «Pan de Valladolid, Marca de garantía».

También hay que destacar el queso de oveja, que se elabora de manera artesanal: fresco, seco, curado o semicurado, en todos los rincones de la provincia así como otros derivados lácteos.

En cuanto a los guisos, es muy apreciada la lenteja pardina (avalada por el sello de Indicación Geográfica Protegida), de sabor suave, digestiva y de gran aporte energético; y el garbanzo castellano, imprescindible para preparar un buen «cocido».

Los productos artesanales derivados del cerdo, embutidos y chacinería en general son dignos de saborear, siendo su gran estrella el cochinillo asado.

La provincia también nos ofrece carnes como el conejo, las perdices y la liebre, además de extraordinarios guisos de pollo de corral, gallo o gallina en pepitoria, y del pichón de Tierra de Campos, de carne tierna y sabrosa, que se acostumbra a guisar estofado.

Al amparo de los bosques de pinos crecen todo tipo de hongos, setas y níscalos y la Tierra de Pinares nos regala principalmente un manjar: el piñón, utilizado para enriquecer platos, dulces y repostería, alcanzando un lugar privilegiado en nuestra cocina.

Rica y variada la repostería vallisoletana nos deleita con rosquillas, mantecados y un sinfín de productos artesanales, como hojaldres, amarguillos y dulces de Navidad, subrayando los elaborados en conventos y monasterios.

Entre los productos frescos de sus huertas destacan lechugas y endibias para en ensaladas, así como el sabroso espárrago de Tudela, el puerro y el ajo castellano, blanco y carnoso, con el que se preparan deliciosas sopas.

Los numerosos eventos gastronómicos que se suceden durante el año como ferias, jornadas gastronómicas o mercados artesanales dan buena cuenta del amplio recetario vallisoletano, permitiendo degustar las recetas más típicas y adquirir la diversidad de productos elaborados por los propios artesanos.

Enoturismo en Valladolid

Descubre las sensaciones de sus 5 Denominaciones de Origen

La riqueza vitivinícola de la provincia de Valladolid, la posiciona como la única provincia española cuyo territorio acoge 5 Denominaciones de Origen: Rueda, Ribera del Duero; Cigales, Toro y Vinos de la Tierra de León, además de otros sellos de calidad como los Vinos de la Tierra de Castilla y León. Insuperables vinos blancos; potentes vinos tintos; frescos rosados y espumosos…

La calidad de los vinos de esta provincia es fruto del buen hacer de sus gentes y bodegueros a la hora de labrar la tierra, cuidando con esmero las cepas o mimando el vino una vez que se encuentra en las barricas. Un arduo trabajo que actualmente, los amantes y curiosos del mundo del vino pueden conocer gracias a las visitas que pueden realizarse a las bodegas de los 5 territorios vinícolas.

El territorio vallisoletano posee una historia llena de elementos vinculados con el mundo del vino y actualmente pueden visitarse antiguas bodegas llenas de historias que se integran y conviven con otras más modernas e incluso «futuristas»; centros y aulas de interpretación del vino; museos.. y como no practicar el buen arte de la cata en cualquiera de estos rincones vinícolas.

El enoturismo o turismo enológico tiene como objetivo potenciar y gestionar la riqueza vitivinícola de una determinada zona, en este caso de la Provincia de Valladolid, y por eso, la Institución Provincial, en el año 1999, apostó por este sector con la creación del Museo Provincial del Vino en el castillo de Peñafiel, cita obligaba para los amantes de la cultura del vino y referente enoturístico que ha servido de dinamizador turístico y económico a la provincia.

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