La Axarquía, escondida y misteriosa

Escondida al este de la provincia de Málaga, su historia la escribieron árabes, moriscos y cristianos viejos. De aquellas culturas queda un patrimonio monumental y etnográfico que se manifiesta por los pueblos blancos que adornan estos valles y barrancos.

Axarquía es un nombre de origen árabe que significa oriente. Con él, los antiguos pobladores musulmanes de al-Andalus se referían al territorio malagueño que quedaba arrinconado en aquella dirección.

Es el horizonte por donde asoma la primera luz de la mañana. Los tenues rayos del sol van perfilando los volúmenes de una abrupta geografía que se inicia en la franja litoral, bañada por el mar Mediterráneo, y que continúa su intrincada elevación por valles, lomas y montes hasta alcanzar las sierras de Alhama, Tejeda y Almijara, declarada parque natural.

En este espacio reducido, agreste y puntiagudo se citan excéntricos ecosistemas, climas templados y de alta montaña simbolizados en las faldas y las cumbres del pico de la Maroma, con más de dos mil metros de altutud, y a tan solo veinticinco kilómetros en línea recta de la playa. Desde aquí, adentrándonos en las templadas aguas del Mediterráneo, la Axarquía aparece tapizada con el verde de los cultivos y los pastizales, moteada por pequeños y pintorescos pueblos encalados que hacen equilibrio sobre los cerros y las laderas de los precipicios.

La puerta de entrada

Frigiliana es la puerta de entrada. Solo cinco kilómetros la separan de Nerja. La carretera que llega hasta aquí sube la comarca hasta Cómpeta y otros pueblos de resonancias mágicas donde una numerosa colonia de extranjeros halló tranquilidad para abrir casa y dejar atrás su pasado en el norte de Europa. Frigiliana está dividida en barrios. En sus puertas las casas son recientes, de tres a cuatro décadas a esta parte. Conviene estacionar el coche a la entrada y caminar por la calle que sube hasta el estadio de fútbol, un proyecto arquitectónico integrado en el paisaje de los barrancos de la sierra, a los pies del barrio viejo.

Campos de la zona. 

La Casa del Apero, un museo de introducción a la historia del pueblo y un animado centro cultural, es el punto de partida de toda caminata. Fue construido a principios del siglo XVII y estuvo desde un principio ligado al Ingenio. Se destinó en principio como granero, caballerizas y almacén de útiles de labranza. Alrededor de su empedrado patio interior se dispone el resto de dependencias, entre ellas la oficina de turismo.

El Ingenio, uno de los monumentos industriales de la provincia de Málaga, fue levantado a finales del siglo XVI como casa solariega ligada al apellido Manrique de Lara, señores de la villa desde 1508. Los sillares ordenados en su fachada de entrada proceden del castillo árabe, cuyos restos se alzan en el cerro más alto, además de los balcones, las rejas y el reloj de sol. Hoy sigue en activo. Alberga la única fábrica de miel de caña de Europa, además de una almazara que moltura siguiendo métodos artesanales.

De origen árabe

Para muchos estudiosos, el barrio antiguo de Frigiliana, el mudéjar, es la estructura arquitectónica popular de origen árabe más pura de Málaga. Sus calles, sus casas, sus plazas pequeñas, sus miradores han sido galardonados en concursos de embellecimiento decenas de veces. Parecen rescatadas de un cuento. Todo está cuidado, todo esconde un mimo, desde los arriates donde crecen jazmines y rosales con flores de vivos colores hasta los zócalos pintados cada primavera. En sus calles se exhiben hasta doce paneles cerámicos que detallan la batalla del Peñón de Frigiliana, un episodio de la rebelión de las Alpujarras desatado en junio de 1569 que puso fin a la presencia morisca en la península.


En la plaza principal de Cómpeta se alza la parroquia de La Asunción, flanqueada por un campanario neomudéjar. Cómpeta es famosa por sus uvas pasas y por sus vinos con denominación de la tierra. Los hay de tres clases: moscatel, semidulce y seco. No está lejos Canillas de Albaida, una localidad blanca situada sobre una colina. En la plaza mayor de Canillas está la iglesia de Nuestra Señora de la Expectación. Pero quizá lo más hermoso está a sus lados, en las calles y plazas que crean una sugerente estampa llena de romanticismo. Sayalonga es otra de las poblaciones principales de La Axarquía.

Próximo al municipio queda Corumbela, una aldea famosa por acoger en su barrio morisco uno de los minaretes mudéjares más famosos de la zona. Árchez y Salares son otras poblaciones de aliento morisco, al igual que Sedella, en cuyo barrio viejo se yergue la iglesia de San Andrés. Es un buen punto de partida para emprender excursiones al interior de las sierras de Tejeda y Almijara. En este cinturón de altos montes se localizan parajes llenos de encanto como el camino de Arrieros, la cueva Horeada, el pico de la Maroma y el salto del Caballo.

Leído en Ocholeguas

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