La felicidad de viajar

La felicidad de viajar

La felicidad de viajar

En busca de la felicidad no solamente es el título de una película: de vez en cuando conviene echar una mirada hacia dentro. Puede llegar el momento en el que la vida se te puede quedar pequeña. En el que ya te sabes el camino de ida y vuelta de memoria, y en el que todos los días te pueden parecer iguales. No es una canción, ni un poema. Puede ser un estado de ánimo, al que se llega por hacer todos los días lo mismo, por poner el automático y dejarse llevar por la rutina diaria.

Es cuestión de tiempo que el cuerpo te empiece a pedir una ruta alternativa y vivir algo nuevo y diferente. Algo que nos podamos llevar y que no caduque o pase de moda: algo para recordar, como puede ser la felicidad de viajar.

La doble felicidad de viajar

La felicidad de viajar

Todos y todas buscamos llenar nuestra vida con algo que nos enriquezca: a veces lo conseguimos y a veces no. Quizás algunos piensan en romper con todo: en cambiar de trabajo, de lugar de residencia, en escaparse… ¿Nunca te ha pasado por la cabeza? Los cambios siempre ayudan, pero quizás darse a la fuga no sea la solución, porque normalmente hay que volver. Pero a menos que estés satisfecho y satisfecha al 100% con todo, dudo que alguna vez no te haya rondado esa idea: la idea de cambiar.

Y sabes ¿Por qué queremos cambiar?

Cuando queremos cambiar es porque necesitamos nuevos recuerdos, porque los que ya tenemos en el almacén de la memoria van caducando poco a poco conforme el tiempo avanza. Nuevos recuerdos y nuevas experiencias que nos hagan sentir sino algo diferente, algo nuevo o renovado, a ser posible con las personas que más nos importan: con nuestros amigos, familia, o si eres más aventurero, a solas de cara al mundo.

Ese deseo de cambio, de renovación, de búsqueda de experiencias, no lo da el hecho de comprar un objeto. Al menos esa sensación, con un objeto te dura lo que tardas en comprar el siguiente.

Comprar un viaje, no es comprar un viaje: es invertir tu tiempo en felicidad

Es cierto que el hecho de comprar te da una satisfacción o felicidad inmediata. Es algo que se puede medir. No solamente compramos lo que necesitamos, compramos aquello que creemos nos va a hacer un poquito más felices. En cambio, si lo que compramos es un viaje, obtenemos la satisfacción de la compra, y la posibilidad de ganar nuevos recuerdos y experiencias. Y son los recuerdos los que nos hacen más felices y más en el largo plazo.Porque esos recuerdos son lo que realmente te vas a llevar.

El tiempo es el bien más preciado que existe, y la memoria, la encargada de recordarnos qué hemos hecho, con quién y por donde hemos pasado, vivido, trabajado y disfrutado. Si te das cuenta, en tus recuerdos, lo que más feliz te hace, no son los meros artículos o los bienes materiales: son los momentos especiales, los detalles, la compañía, aquellas cosas que no se compran con dinero.

Nosotros no vendemos felicidad empaquetada, porque si ésta se pudiera empaquetar y ofertar en un escaparate, te aseguro que comercialmente ya estaría inventado. Nosotros queremos que nuestro producto te sirva para descubrir la felicidad de viajar, o al menos te lo ponga más fácil: es así de simple.

Leído en el blog de Halcón Viajes

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