L´Ametlla de Mar, pequeño paraíso en la Costa Dorada

El pueblo marinero de L´Ametlla del Mar ofrece a sus visitantes una estancia tranquila para disfrutar del mar, la naturaleza y su gastronomía mediterránea.

Puerto de L'Ametlla de MarVistas del puerto de L´Ametlla de Mar

Los últimos rayos de sol que nos recuerdan el ya pasado verano son aún dignos de ser aprovechados. La propuesta de hoy la dirigimos a un viajero amante de la naturaleza, enamorado del mar, apasionado de la tranquilidad, aficionado al deporte y fan del turismo gastronómico. Este cocktail tiene como nombre L´Ametlla de Mar.

Bañado por el mar Mediterráneo, este pequeño pueblo marinero con 16 kilómetros de costa pertenece a la provincia de Tarragona. Situado en la comarca del Baix Ebre y a 52 kilómetros de la capital de provincia, cuenta con una ubicación privilegiada. La combinación de pequeñas calitas y acantilados son el escenario perfecto para relajarse y disfrutar de las maravillas que nos ofrece L´Ametlla.

Este pueblo marinero nos presenta la estancia ideal, lejos de las masificaciones y entornos turísticos. El lugar perfecto para alojarnos en La Cala, también llamado así por sus habitantes, variará en función del tiempo del que dispongamos. Esta escapada solo precisa del alojamiento para dormir y prima ante todo la localización.

Las encantadoras y vírgenes playas que cubren la costa de L´Ametlla son una de sus principales atracciones. Con la salida del sol y tras un desayuno con vistas al mar, debemos comenzar nuestro día acercándonos a unos bonitos acantilados que darán paso a una serie de playas y calas, cada una con características diferentes, unas de arena fina y blanca y otras de piedras. A esta magnífica escena le sumamos una vegetación autóctona, donde los colores del otoño y los aromas de la naturaleza y el mar forman toda una experiencia sensorial.

El deporte ocupa un nuevo plano en L´Ametlla de Mar. Sumergirnos en las calmadas aguas del Mediterráneo que bañan este trocito de paraíso nos pondrá en contacto con el maravilloso mundo submarino y las especies animales y vegetales que allí conviven. Una actividad totalmente recomendable.

En un ambiente menos sumergible podemos iniciar otras fantásticas actividades en los agradables senderos que rodean este entorno. Donde la tierra y el mar se juntan formando un paisaje armonioso podremos practicar el senderismo con una dificultad mínima pero con un disfrute máximo. Las lagunas del Torrente del Pino, las lagunas de Santas Cruces, o diferentes especies de pájaros marinos, flora y vegetación propia de los ambientes salados son algunos de los recuerdos visuales que nos permitirá almacenar esta ruta. Si nuestra pasión es la bicicleta también podremos rodar por este mismo sendero.

La parada obligatoria es la subasta diaria de pescado en la Lonja. Si bien L´Ametlla de Mar mantiene su tradición pescadora como principal sustento económico, no podemos perdernos un espectáculo como este. Aparte de poder comprar el pescado que queramos, podremos observar como los diferentes restaurantes se acercan a adquirir su carta del día. Así nos será más sencillo elegir dónde comer. Calidad y frescura son las caracteríasticas de la gastronomía del pueblo.

Recomendamos expresamente el atún, puesto que poseen la primera flota atunera de Cataluña. Sin olvidar sus estupendos arroces de pescado o marisco.

Disfrutar de un gin-tonic en uno de los tradicionales locales del puerto al atardecer puede ser el final de cine para un fin de semana en L´Ametlla de Mar.

Más información / ametllamar.cat
Leído en: Dónde Viajar

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