Los faros de la Costa da Morte

El Cabo Vilán

El faro del Cabo Vilán, vigilante de la Costa da Morte

Centinelas del mar allí donde acaba la tierra, los faros de la Costa da Morte sirven de guías de una ruta cultural y paisajística como pocas en nuestra geografía.

La Costa da Morte, desde Malpica a Ribeira pasando por Fisterra, es sin duda uno de los recorridos de mayor interés del noroeste de la península. Lo accidentado del terreno, el dramatismo del paisaje, el trazado curvilíneo de las carreteras, los frecuentes tramos de altura y las soberbias vistas aéreas que desde ellos se alcanzan, las densas castañeiras por las que los caminos se adentran, los pueblos encantadores con fuerte carácter jacobeo… Todos estos ingredientes unidos a la brisa marina, el olor a mar y una gastronomía excepcional se unen para concluir que este es un destino diferente, mágico. Una de las formas más interesantes de recorrer esta costa es mediante sus faros. Como su nombre lo indica, estas costas fueron escenario de numerosos naufragios por sus peculiares características geográficas y climatológicas, por lo que muchos faros fueron instalándose a lo largo del tiempo en la Costa de la Muerte.

Estos faros surgieron a finales del siglo XIX, tratando de llevar una solución que impidiera tantos naufragios. Son realmente hermosos, y visitarlos da la sensación de llegar a los confines mismos del mundo. Lo mismo que pensaron los hombres antiguos al colocarle su nombre a Fisterra. Entre dos cabos, Tosto y Vilán, se halla una de las zonas más salvajes de la geografía gallega, con un espectacular faro, el del cabo Vilán, situado en la cima de una península de increíbles piedras esculpidas por el viento y el agua. Frente a Camariñas, Muxía guarda su Pedra de Abalar, una piedra que presagia desgracias y a lo largo de la historia ha llegado incluso a ejercer de juez sentenciando con sus movimientos la culpabilidad o inocencia de las personas.

También junto al mar se encuentra la piedra de Os Cadrís, que según creencias populares hay que pasar por debajo de ella nueve veces para curar enfermedades de los riñones o de lumbago.

En el recorrid no se puede dejar de lado el Faro del Cabo Cee, desde Concurbión pasando por el Castillo del Cardenal.

Desde la villa de Fisterra, donde muchos peregrinos ponen punto y final al Camino de Santiago, es posible llegar a su faro, uno de los más emblemáticos de esta ruta. Las lugareñas de Fisterra acuden a la ermita de San Guillermo buscando fertilidad. Y en los bares del puerto, como O Pirata, marineros y poetas cuentan historias de sirenas y tormentas imposibles. La localidad de Lira es otro regalo que rezuma intemporalidad y aproximarse a su puerto es abrir un diálogo directo con el mar. Continuando rumbo hacia el sur y atravesando la ría de Muros y NoiaCastro de Baroña, un pequeño asentamiento amurallado del siglo I a.C. Este poblado de piedra que desafía al mar y al tiempo es uno de los más importantes del mundo por su belleza y conservación.

No puede faltar en la ruta el Faro de Touriñan, erigido debido a la peligrosidad de los bajos da Buxeirada, el Garrido y la roca del Farelo o Laxe de Touriñan, como también el Faro del Cabo Vilán, el primero de España que contó con luz eléctrica. Completan la ruta el Faro de la Punta da Barca, el Faro de Laxe (foto), el Faro de la Punta do Rocundo, y el Faro de Punta Nariga. A escasos kilómetros de Baroña, el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo irrumpe en los esquemas habituales de la brusca naturaleza gallega.

Y si el viajero busca contrastes, a pocos kilómetros de Ribeira se alza el dolmen de Axeitos, un monumento funerario megalítico levantado en el cuarto milenio a.C. que se ríe del paso del tiempo. También puedes visitar el Faro de Lariño y los que están situados en islas e islotes, como el de las Islas Lobeiras, en la ría de Corcubión o el de las Islas Sisargas, en Malpica.

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Comentarios

  1. Muy atractivo el itinerario que propones.
    A mí personalmente siempre me han atraído mucho los faros y sus historias, y creo que no somos pocos los que disfrutamos visitando los lugares en los que se encuentran cuando es posible.

    Además, como bien dices, la Costa da Morte, por todas las historias que se han escuchado de accidentes, de malas condiciones de la mar, de gente esperando el regreso de sus «gentes» de la faena, etc. y por supuesto por la belleza de sus paisajes, es perfecto para disfrutar de estas visitas.

    Un saludo

  2. Muy atractivo el itinerario que propones.
    A mí personalmente siempre me han atraído mucho los faros y sus historias, y creo que no somos pocos los que disfrutamos visitando los lugares en los que se encuentran cuando es posible.

    Además, como bien dices, la Costa da Morte, por todas las historias que se han escuchado de accidentes, de malas condiciones de la mar, de gente esperando el regreso de sus «gentes» de la faena, etc. y por supuesto por la belleza de sus paisajes, es perfecto para disfrutar de estas visitas.

    Un saludo

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