Murcia en un fin de semana

Llega el viernes y no sabes qué hacer. ¿Qué te parecería coger el coche y darte una vuelta por un lugar pequeño, agradable, con buen tiempo asegurado, buena comida y gente acogedora? Pinta bien, ¿verdad? Todo esto lo puedes encontrar en Murcia, una ciudad, desconocida para el gran público, pero que una vez que llegas a ella, no puedes sino rendirte a tus pies.

Prepara la maleta y ¡a disfrutar!

Viernes

La llegada se produce por la tarde, hacia las 8. Lo primero es alojarse en el hotel. El NH Amistad está en el centro de la ciudad y si puedes pagarte un hotel de 4 estrellas no es mala opción. También de esa categoría tenemos el Hotel Arco de San Juan, el Silken 7 Coronas, todos ellos a un paso de la zona de bares y restaurantes y otro un poco más alejado y hace poco construido, el Hotel Nelva. Para bolsillos más modestos tienes el Zenit Murcia y el Hesperia. Son alojamientos que están en «el meollo» de la ciudad. Hay muchos otros más repartidos por los alrededores pero necesitan de transporte para ir a ellos.

Bueno, una vez instalados, no hay otra opción más que salir a pasear. Murcia no será la ciudad más bella del mundo pero ofrece agradables caminatas por el casco viejo que te transportarán al siglo pasado. La ciudad del sol, de las tapas y del clavel te espera. Sus estrechas y angostas calles salpicadas todas ellas de numerosas plazas abarrotadas de gente son uno de los símbolos más característicos de la ciudad, unas calles que sirven para resguardarse en verano del sofocante calor que inunda la capital.

Si gusta el tapeo, este es el lugar apropiado. Una propuesta es visitar la plaza Santo Domingo, el paseo de Alfonso X, Platería, Trapería y terminar bajando la calle Correos para cenar en los restaurantes de la plaza de San Juan. Sería imposible enumerar los nombres de todos los bares que vale la pena visitar aunque una buena recomendación es que no dudeis en dejaros aconsejar por los camareros. La comida murciana es digna de probar: michirones, unas habas con bacalao, una buena ensalada, unas verduras a la plancha o unos bocadillitos pueden ser un buen manjar.

Se puede terminar el día tomando una copa en el Bosque Animado o en el Ahorcado Feliz. Merece la pena visitarlos. Son supercuriosos. Después la propuesta pasa por unos bailes en la zona de la Universidad.

Sábado

No hace falta madrugar mucho, pero sin pasarse, porque hay que ver muchas cosas. Murcia, además de ofrecer comida y bebida, también ofrece una interesante oferta cultural. Sin ser muy exquisitos sería pecado ir a la ciudad y no visitar la maravillosa catedral que se muestra imponente a todo el viadante que pasa por la plaza del Cardenal Belluga. Muy recomendable rodearla por fuera y por dentro. No perdáis detalle de la cadena de piedra que rodea una parte del edificio y mirad con detalle la capilla de los Vélez. Si podéis no dudad en subir a la torre de la catedral para ver desde el cielo toda la capital.

También visita obligada es el palacio Episcopal, que está justo al lado, el casino de Murcia, recién restaurado y que es un sitio precioso y el museo Salzillo, donde se encuentran los pasos que procesionan el Viernes Santo en Murcia y que son una auténtica obra de arte del escultor más famoso de la ciudad, Francisco Salzillo. Si sobra tiempo, pasad por el museo Gaya, que rinde homenaje al prestigioso pintor murciano y por la sala de exposiciones de Verónicas. Aunque parezca mucho, está todo muy cerca.

Y tras el arte, es hora de comer, de nuevo. La plaza de las Flores y la plaza de Santa Catalina son el centro neurálgico del tapeo. Sugerencias: unas marineras (ensaladilla rusa con anchoa), unos matrimonios (anchoa y boquerón), unos caballitos y unas raciones de pulpo al horno (es absolutamente delicioso e incomparable con ningún otro lugar). Cualquier cosa que comáis por allí os va a saber a gloria, incluido un pastel de carne de la confitería Bonache, en la misma plaza y que lleva 150 años sirviendo a los murcianos.

Por la tarde toca bajar la comida. Daos una vuelta por la Gran Via, Avenida de la constitución, Plaza de San Esteban (donde ahora podéis ver la ciudad árabe descubierta más grande de España) y Plaza Santa Isabel.

Llega la noche y, pude repetirse la ronda de tapas, actividad que no cansa, o se monta una cenita más en plan restaurante. Toda la zona entre la plaza de toros y la calle Correos es un buen lugar para buscar donde os den bien de comer, y luego, allí mismo, tenéis la zona de marcha.

Domingo

Es el día de la recogida pero un buen plan para el domingo por la mañana sería pasear por un parque. El del Malecón, o el de la Pólvora son muy agradables. Luego un pulpito y vuelta a casa.

La vuelta está asegurada. Murcia lo merece.

Gracia Pérez/ Suite101

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