Noruega, el país del invierno

2Desc.jpgNoruega es el país del invierno, del círculo polar, de los samis, los renos y papá Noel. El país de los vikingos, de los fiordos y de  la aurora boreal.

A relativamente pocas horas de vuelo desde España podemos vernos sumergidos en un país a caballo entre los más desarrollados del mundo y con mayor renta per cápita y el país de las tradiciones y el desarrollo sostenible.

En Noruega el esquí, mas que un deporte, que lo es, sigue siendo una herramienta necesaria para desplazarse y aun podemos incluso ver a madres llevar a sus hijos a la escuela en un trineo tirado por perros.

Al norte del país, dentro del círculo polar abundan las montañas amables, de redondeadas formas y de una altura no superior a los 900 metros. Su latitud y su temperatura permiten poder esquiar desde estas cimas hasta el mismísimo nivel del mar y esta baja altura permite a los esquiadores rendir físicamente mucho más de lo que lo hacen en los Pirineos.

Para realizar una actividad reseñable, no hace falta estar en excepcional forma física ni ser un gran “foqueador”, vale con un entrenamiento básico y seguir los consejos de tu guía.
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La sensación de adrenalina desatada en unos fáciles giros en nieve polvo se ven encontrados con la sensación mágica de finalizar el último giro tocando el mar con las espátulas de tus esquíes, es algo que sin duda, hay que experimentar.

Noruega conserva los puertos pesqueros como lo eran antaño, sus casas de colores y sus famosos “Rorbus”, cabañas tradicionales, que se alquilan a los turistas para alojarse.

La bajísima densidad demográfica del país y el casi nulo interés por parte de los noruegos de subir a las cimas de sus montañas hacen que prácticamente todos los días se pueda esquiar sin cruzarse con nadie y disfrutando de la sensación de ir abriendo huella a nuestro paso, apartando a cada giro grandes cantidades de nieve polvo.

Las saunas y la captura y consumo del bacalao son propios de la cultura noruega y es un placer poder disfrutar de todo ello tras una jornada de esquí.

En definitiva, si te gusta el invierno, los paisajes inolvidables y te gusta el deporte y el esquí, es una experiencia que no puedes dejar de vivir.

Borja Valdés –Descubriendomundo.com Viajes-

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