Oporto en 48 horas

Si solo cuentas con 48 horas, el siguiente itinerario está pensado para una escapada de fin de semana, llegando el viernes por la tarde y regresando el domingo por la tarde. Es válido para otros días de la semana, pero tendríais que comprobar los horarios de apertura de cada museo y punto de interés, ya que muchos cierran los lunes.

Día de llegada

Probablemente no habrá mucho tiempo para ver monumentos el día de llegada a Oporto, pero se puede aprovechar para pasear por la ciudad y ver algunas zonas interesantes.

Un buen punto de partida para conocer Oporto es la Avenida de los Aliados. Situada en pleno centro de Oporto, esta calle está repleta de edificios modernistas entre los que se incluye el Ayuntamiento, encumbrando la avenida con su gran construcción en mármol y granito.

Caminando por la avenida y dejando atrás el Ayuntamiento llegamos hasta la Plaza de la Libertad, la plaza más importante de Oporto. En su centro se encuentra la estatua ecuestre del Rey Pedro IV.

Girando a mano izquierda alcanzamos la estación de trenes San Bento, uno de los grandes tesoros de la ciudad. Su hall decorado con más de 20.000 azulejos en los que se relata la historia de Portugal os deja impresionados a los visitantes.

Al salir de la estación bajamos por la rúa de Mousinho da Silveira y seguimos recto por la rúa da Alfándega hasta llegar a la orilla del Duero. En la zona de Ribeira se encuentran decenas de restaurantes con terraza en los que poder degustar platos típicos portugueses, dominando con la vista el Duero, las bodegas y el Puente de Luis I.

Primer día

La visita comienza a las 10 de la mañana en la Iglesia de los Clérigos; para comenzar bien el día, después de visitar la iglesia es interesante subir a la torre, ya que las vistas privilegiadas de la ciudad hacen olvidar los más de 200 escalones de subida.

Ya en la calle, tomamos a la derecha la rúa San Filipe de Nery y al final de ésta a la izquierda por la rúa das Carmelitas. A la altura del número 144 está la Librería Lello e Irmao, una librería de ensueño que ha servido de escenario para rodar algunas escenas en películas como Harry Potter.

Siguiendo por la rúa das Carmelitas se alcanza la rúa do Carmo, donde se puede tomar el tranvía 22, cuya parada está enfrente de la Iglesia de Nuestra Señora do Carmo. La última parada del tranvía es la Plaza de Batalha, siguiente destino de esta ruta. Allí se encuentra la Iglesia de San Ildefonso con su peculiar fachada decorada con cientos de azulejos azules y blancos.

Dejando la rúa 31 de Janeiro a mano izquierda llegamos a la Rua Santa Catarina, una de las principales arterias comerciales de la ciudad. Avanzando por ella, a mano derecha nos encontramos con el Café Majestic, un elegante café de los años 20 donde tomar algo y disfrutar de su ambiente histórico.

Volviendo a Santa Catarina y avanzando un poquito podemos ver la fachada de la Capilla de las Almas, una pequeña iglesia decorada con azulejos blancos y azules que a estas alturas ya nos resultan familiares.

Bajamos por la rúa de Fernándes Tomás y llegamos al Mercado do Bolhao, un lugar nostálgico donde muchos vendedores exponen sus frutas y verduras, como si por ellos nunca hubiera pasado el tiempo.

Al salir del mercado tomamos la rúa Formosa hasta la Avenida de los Aliados. Recorremos la avenida, la Plaza de la Libertad y la rúa de Mousinho da Silveira hasta llegar a la rúa da Bolsa. Si queremos ver el Palacio de la Bolsa es imprescindible hacer una visita guiada para conocer su historia.

Doblando la esquina por la rúa da Bolsa está la Iglesia de San Francisco, con un recargado interior y catacumbas. Si aún hay tiempo y ganas, se puede visitar la Catedral. La mejor forma de subir hasta ella es coger el funicular al final de Cais da Ribeira.

Segundo día

Si el primer día no hubo tiempo suficiente para ver la Catedral, es un buen punto donde comenzar la visita. Se puede ir temprano, ya que abre sus puertas a las 9 de la mañana. Después de visitar la catedral y el claustro y haber tomado algunas fotos de la ciudad desde las alturas, el Funicular dos Guindais nos lleva hasta la parte baja de la ciudad.

Cruzando el Puente de Luis I alcanzamosd Vila Nova de Gaia, localidad vecina de Oporto donde están situadas las bodegas de vino de Oporto.

En la Avenida de Diogo Leite, paralela al río se encuentran los puestos donde se venden las excursiones en barco por el Duero, que normalmente incluye la visita a alguna bodega.

Después del paseo en barco es el momento idóneo para visitar algunas bodegas y degustar sus famosos vinos. Las bodegas más recomendables para nosotros son Ferreira, Sandeman y, por su museo, Ramos Pinto. En la calle de las bodegas se puede tomar un autobús para llegar al centro de la ciudad.

¿Tienes más tiempo?

Si vas a estar más días en Oporto y ya habéis hecho este itinerario básico, todavía quedan muchas cosas interesantes por ver, como son el Museo Soares dos Reis, el Museo del Tranvía, la Iglesia San Lorenzo dos Grilos y un sinfín de lugares que no dejan lugar al aburrimiento.

¿Quieres saber más? Visita la web oficial de turismo de Oporto

Comentarios

  1. […] visitas la bonita ciudad de Oporto, no puedes dejar escapar la oportunidad de venir hasta aquí. El valle del Duero, zona vinícola […]

  2. […] tan bonitas como Oporto esté al alcance de cualquiera, y es que en su momento ya explicamos cómo conocer Oporto si tienes la […]

Deja un comentario