Paisajes imprescindibles de la Toscana

Si hay una región en Italia capaz de enamorarnos locamente esa es sin duda La Toscana. Lo reconocemos, soñamos con ella continuamente. Y es que este rinconcito del mundo formado por suaves colinas, viñedos, cipreses, coquetos pueblos medievales y una gastronomía envidiable nos hace sentir que estamos en el mejor paraíso rural. Fíjate bien en estas imágenes y entenderás rápidamente lo que queremos decir.

Crete Senesi

Al sur de Siena existe un lugar que parece sacado de un cuento mágico: Crete Senesi. Se trata de una zona llena de suaves colinas y bosques salpicados de pequeños pueblos y granjas aisladas. Para disfrutar de su máxima belleza, lo mejor es recorrer la carretera regional que une Taverne D’Arbia con Rapolano Terme y pasa por Asciano. Al ser una región dedicada al cultivo del trigo, los colores de sus prados cambian según la época del año. Todo un espectáculo.

San Gimignano

San Gimignano, conocido como el Manhattan toscano, es sin duda uno de los pueblos más bonitos de la Toscana. Nos encanta su skyline formado por altas torres medievales, sus calles de piedras, sus iglesias y sus encantadoras plazas llenas de cafés y trattorias.

Monticchiello

 

Monticchiello es la quinta esencia de la Toscana y su carretera en zig zag, sobre las colinas y delimitada por cipreses, una de las más famosas de la región. Es todo un placer conducir por ella. Eso sí, no aceleres, asómate por la ventanilla y disfruta del paisaje.

Cetona

Situado en una colina, Cetona es uno de los pueblos de la Toscana que nos ofrece los paisajes más bellos de la región. Aún así, no podemos permitirnos llegar hasta aquí para sólo disfrutar de las vistas. El pueblo en sí mismo es toda una joya medieval que hay que saborear con calma. Pasea por sus calles estrechas y empedradas, visita sus plazas renacentistas y déjate llevar por el ambiente que se respira.

Castello di Brolio

La Toscana no sólo alberga encantadores pueblos y granjas donde el tiempo se detiene. También es tierra de castillos. Y uno de los mejores ejemplos es el Castello di Brolio, situado muy cerca del coqueto pueblo de Gaiole in Chianti. Rodeado de murallas, esta gran fortificación domina con su privilegiada posición todos los campos vecinos. Es además un lagar con más de 230 hectáreas de viñedos. No olvides llevarte una botella de sus mejores vinos.

Pitigliano

Pitigliano es un pueblo valiente que domina los acantilados y desafía a la gravedad. Sólo verlo nos da vértigo. Conocido como el Jerusalén de la Toscana, su patrimonio cultural lo convierte en un lugar asombroso que respira historia y más historia. Entre sus calles puedes encontrar desde restos etruscos a sus edificios renacentistas y judíos, como la judería y la sinagoga. Todo rodeado de paisajes que quitan el hipo.

Valle de Orcia

Si hay un paisaje natural en la Toscana capaz de dejarnos boquiabiertos ese es el Valle de Orcia. Es simplemente espectacular. Sus prados están plagados de viñedos, olivos, cipreses, hayas y castaños que conviven en armonía con casonas y pequeños pueblos medievales como el famoso San Quirico d’Orcia. Es tal su belleza natural, que en 2004 fue incluido en la World Heritage List de la Unesco. Sus vinos (como el Brunello de Montalcino) y su deliciosa gastronomía tampoco dejan indiferentes.

Siena

Seguramente la Piazza del Campo de Siena sea una de las más fotografiadas de la Toscana. Y no nos extraña. Su belleza es tal que atrae irremediablemente a todo aquel que la pisa. Es una de las plazas medievales más bonitas de toda Europa. Ya sólo por eso vale la pena visitarla.

Valle Era

El paisaje que ofrecen los girasoles en los campos de la Toscana parecer ser sobrenaturales. Toda un mar dorado se extiende ante nuestro ojos, girando según la posición del sol. Para disfrutar de estos paisajes lo mejor es ir al noroeste de Italia, donde viven su máximo esplendor. El Valle de Orcia (Siena) o el Valle Era (Pisa) son toda una fiesta de ocres y amarillos cuando llega la primavera.

Montalcino

Los amantes del buen vino saben muy bien que en Montalcino se encuentra una de las zonas vitícolas más importantes de toda Italia. Es precisamente aquí, entre Siena y Grosseto, donde nace el vino tinto Brunello, uno de los caldos más famosos del país. Mires por donde mires, perfectos desfiles de viñedos dan forma al paisaje.

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