Parques de atracciones abandonados

Recorremos el mundo en busca de los cuatro que más estremecen al visitante, y luego nos detenemos en España. Nosotros también tenemos un parque de atracciones y dos parques acuáticos cerrados en los 90 y que ponen la piel de gallina.

Spreepark, Berlín (☮ /Flickr)

Spreepark, Berlín (☮ /Flickr)

Sabemos que sois muchos los que buscáis un aliciente ‘misterioso’ en vuestras vacaciones y escapadas. Por eso hemos escrito artículos en los que recopilamos destinos de miedo o pueblos del oeste abandonados. También algunos dedicados a reliquias perdidas en plena selva, como las Pozas de Xilitla en México, o a maravillas cuyo misterio es de trasfondo kitsch, como sucede en el parque O Pasatempo de Betanzos (Galicia).

Hoy vamos un poco más allá. Queremos alcanzar la cumbre del mal rollo no intencionado, y por eso visitamos algunos de sus mayores representantes: los parques de atracciones abandonados. Lugares que algún día protagonizaron risas, emociones y diversión reducidos a escombros.

Es difícil explicar porqué estos lugares despiertan tanta fascinación, más aún que los restos de un hospital psiquiátrico o de un inmenso hotel de estilo victoriano. Quizás porque representan la alegría y la inocencia de la infancia, un lugar donde los sueños se hacen realidad, convertidas en una pesadilla de metales oxidados y figuras antaño amables convertidas en tétrica chatarra.

Nuestra selección consta de cuatro escalofriantes parques abandonados en el mundo y de los tres más destacados de España. Aunque por escasez, en la selección autóctona también constan dos parques acuáticos.

En el mundo

  • Parque Takakonuma Greenland, en Japón: El más popular no solo por sus inmensas dimensiones, sino también por la densa neblina que cubre la zona casi permanentemente, como si de una escena de Silent Hill se tratara. Inaugurado en 1973, en su época de esplendor llegó a tener la montaña rusa más grande del mundo, el Dragón Blanco. Sin embargo, la falta de inversión lo dejó obsoleto a finales de los 90, precipitando su cierre en 1999. Algunos dicen que su fin también estuvo relacionado con una serie de accidentes misteriosos. Entre ellos, la desaparición de un chico de 16 años, que montó en el Dragón Blanco y, tras sumergirse en la niebla, jamás volvió a ser visto ni se hallaron sus restos. Un ‘must’ para los amantes del turismo de misterio a unos 240 km al norte de Tokio.
  • Spreepark, en Berlín: Inaugurado en 1969 como Plänterwald Kulturpark, el parque fue durante años la atracción estrella de Berlín Este, el sector de la ciudad bajo dominio soviético. Con la caída del muro se convirtió en Spreepark, pero poco a poco fue cayendo en la obsolescencia. Asfixiado por las deudas, los problemas económicos precipitaron su cierre en 2001, y desde entonces ha atraído a miles de curiosos. Algunas fuentes afirman que el parque podría volver a estar en funcionamiento, combinando sus atracciones tradicionales con algunas nuevas.
  • Chippewa Lake Park, en Ohio: En Estados Unidos no se quedan cortos en lo que a parques de atracciones se refieren, así que también disponen de reliquias reducidas a chatarra y escombros. Un ejemplo es este parque de Medina County, en el estado de Ohio. Estuvo en funcionamiento durante más de un siglo, desde 1878 hasta 1979. La empresa que lo gestionaba, Continental Business Enterprises, decidió echar el candado por falta de público. Sin embargo, sus estructuras siguen en pie, con mayor o menor suerte, desde hace más de 30 años. Su ‘atracción’ más imponente es la montaña rusa de madera que aún sigue en pie.
  • Six Flags New Orleans: Si la catástrofe de Chernóbil convirtió en leyenda el parque de atracciones de Prípiat (Ucrania), la devastación del huracán Katrina hizo lo propio con este parque de Six Flags en Nueva Orleans. “Welcome to Zombieland”, reza un grafitti en la entrada. El paisaje post-apocalíptico sorprende por lo reciente de su deterioro y lo moderno de sus instalaciones. De hecho, Six Flags trasladó la montaña rusa estrella a su parque en Texas, después de una imprescindible reforma. Entre sus reliquias aún en pie hay una atracción dedicada a Bob Esponja. Quienes quieran visitarlo, que se den prisa, pues las autoridades locales ya han aprobado la construcción de un centro comercial en el lugar.

En España

  • Parque de Atracciones de Artxanda, Vizcaya: Abrió sus puertas en 1974 y las cerró en 1990. Fueron quince años de diversión que empezaron con muy buen pie, pero que cayeron en el declive a partir de la década de los 80. El parque, destinado a un público familiar, combinaba atracciones para grandes y pequeños con una amplia oferta de restauración y ocio. Incluso disponía de un inmenso anfiteatro con capacidad para 5.000 espectadores y un pequeño zoo. Sus ruinas siguen en pie tras su cierre, y sus elementos más vistosos son el anfiteatro y las pirámides que cubrían algunas de las atracciones. Poco rastro queda de montañas rusas y tiovivos, pero aún puede respirarse su presencia entre los escombros.
  • Aquàtic Paradís de Sitges, Barcelona: Abrió sus puertas tan solo durante dos años, en la década de los 90 y en pleno auge de los parques acuáticos. Las deudas y la falta de patrocinios lo condenaron al abandono, aunque la leyenda urbana atribuye el cierre a un macabro accidente (un niño succionado por los motores de la piscina de olas). Quince años más tarde, la disposición del parque permite contemplar sus atracciones desde la carretera. Toboganes, piscinas, edificios administrativos y de restauración siguen en pie desafiando al paso del tiempo y convirtiéndose en una visita muy preciada en la zona.
  • Parque Acuático de Alcocéber, Castellón: Su historia guarda muchos paralelismos con la de l’Aquàtic. Auge de los parques acuáticos, proliferación de toboganes en nuestra geografía, ahogo económico y cierre. También en apenas dos años, aunque esta vez acelerado por la inauguración de un parque de inmensas dimensiones en las cercanías del de Alcocéber. Sus cuatro toboganes, todos con final en la misma piscina, no fueron suficientes, pero siguen en pie como reliquias de un paraíso de diversión.

Foto: extranoise. Leído en: Dónde viajar

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Comentarios

  1. Alberigo Andrea CARACCIOLA MAZZANTINI

    En Benalmádena (yo soy de Fuengirola,al lado) han cerrado Tívoli,dos veranos ya,y yo creo que se acabó.Recuerdo a Plutón Park,otra ruina en Galicia.Los parques de atracciones muy rara vez son rentables y todos los españoles mediterráneos, Jerez incluido,son de un lugar «donde iban a poner Eurodisney» (en Málaga la gente cree que en Estepona,en realidad el contacto fue mínimo,y a partir de ahí,leyendas).Es un tema de lo más interesante,no entiendo cómo la costa del sol malagueña no tiene NINGÚN parque de atracciones pero,yo,de ser millonario no invertiría ahí ni medio euro.

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