Pazo Torre la Moreira, una escapada enoturística a Galicia

Una de las edificaciones más características en Galicia son los pazos, antiguas casas solariegas de extensos jardines, pertenecientes a la nobleza gallega. Muchos de ellos siguen en manos privadas, mientras que otros son de titularidad pública. En ambos casos, nos encontramos algunos que pueden visitarse.

Hoy, te proponemos conocer uno de los cinco pazos más bellos de la provincia de Pontevedra, en los que podrás pasear por sus jardines, disfrutar de su museo y degustar recomendables vinos.

Torre la Moreira es un pazo fortificado en el que se encuentran, desde 1968, las bodegas de la marca Marqués de Vizhoja. A su alrededor se extienden numerosos viñedos escalonados, cuya extensión atravesaba un camino romano.

Todo comienza en Finca La Moreira, en un antiguo secadero de tabaco reconvertido en bodega, donde la modernidad de los depósitos de acero inoxidable con control de temperatura, ha dado paso a la nueva y actual forma de elaborar los vinos y continúa en el Pazo La Moreira como sede del imaginario “Marquesado de Vizhoja”; un edificio incónico y representativo de la antigua nobleza gallega y de las formas tradicionales de cultivo y explotación de la tierra.

La gran belleza del paisaje conformado por los viñedos que envuelven las bodegas permite imaginar  la excelente calidad de los albariños que se producen en estas tierras. Esta excelencia es lograda en parte gracias a la perfecta localización de la Finca La Moreira y a la calidad de la tierra existente en el Condado do Tea. El favorecedor clima, propiciado por la cercanía del Río Miño y la inclinación de su ladera propicia la protección de los viñedos de las heladas, los vientos y las temperaturas extremas.

La orografía juega también un papel muy importante ya que permite un drenaje natural hacia el Río Miño, consiguiendo así unas cualidades de un terroir privilegiado que se manifiestan en las uvas de albariño, loureira y treixadura de Bodegas Marqués de Vizhoja.

Además, gracias a sus situación geográfica privilegiada, no hay problemas de aireación, soleado o exceso de humedad, logrando así sus uvas albariño, loureira y treixadura al equilibrio de acidez óptimo y dando resultado a producciones de excepcional calidad.

La bodega primitiva se ha remodelado y reconvertido en museo, y en sus jardines se hallan árboles centenarios, hórreos, un crucero y la Capilla de la Virgen del Carmen.

Se realizan visitas guiadas a la finca y a las bodegas, así como degustaciones de sus vinos.

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