Presupuesto y experiencia viajando a las Islas Galápagos

Uno de los numerosos maravillosos reptiles que pueblan las Galápagos

Alex Izquierdo, uno de mis mejores amigos desde la infancia y ahora expatriado en Bogotá, estuvo hace un mes explorando las Islas Galápagos y se ha animado a hacernos el favor de contarlo en Viajablog para que todos aquellos que sueñen con visitarlas sepan los pasos que tienen que seguir o las sientan un poquillo más cerca. ¡Grande Sandro!.

Para mí, amante del buceo recreativo, subirme al avión en Guayaquil con destino a Baltra era el comienzo de la aventura más grande a la que me había enfrentado. Bucear junto con tiburones martillo y ballena, manta rayas, tortugas, iguanas marinas, barracudas…En fin, algo así como el oceanográfico de Valencia pero en la naturaleza real. Lo que no sabia es que, las excursiones terrestres a alguna de las islas me iban a gustar tanto o más que las inmersiones.

A Galápagos se llega desde Quito o Guayaquil en 3 compañías aéreas: AeroGal, TAME o LAN Ecuador. Los precios son muy similares y las Galápagos, aunque existen multitud de moteles y hostales para backpackers, no es en absoluto un destino barato.

El aeropuerto normal de llegada es Baltra, una isla situada al norte de Santa Cruz. Puerto Ayora es el centro neurálgico desde donde se organizan casi la totalidad de las actividades en Galápagos. La llegada al diminuto aeropuerto (antigua base aérea norteamericana encargada de defender el Canal de Panamá durante la Segunda Guerra Mundial) es como aterrizar en Estados Unidos y es que el control sobre el equipaje que ingresa es tan férreo como el que tienen en cualquier aeropuerto para evitar narcotráfico.

Mi hermano y yo pagamos religiosamente los USD 100 que imponen a los extranjeros y subimos al autobús camino de Puerto Ayora. En el mismo autobús ya conocimos a Robin y Hans, un inglés y un alemán que llegaban de Montañita y que pensaban quedarse 2 semanas por las islas.

Los 4 buscamos alojamiento en Puerto Ayora. Es pequeño y, como era la última semana de la temporada baja (primera quincena de diciembre) fue relativamente sencillo encontrar por 10 USD por persona una habitación limpia y con agua fría (incluye café y una tostada de desayuno). Alojarse más alejado del puerto costaba 9 USD así que el mínimo ahorro no merece la pena.

El resto del día lo dedicamos a buscar ofertas entre los cientos de agencias que se disponen a lo largo del puerto y por la avenida Darwin.

En temporada alta es una locura hacerlo, pero entre final de Octubre y mitad de Diciembre puedes encontrar ofertas de todo tipo para embarcarse en un “vida a bordo” que te llevará durante 5-8 dias por todas las Islas Encantadas. Si éste es tu deseo, por USD 500-600 tienes boletos de 5 días. Las ofertas de last minute de los cruceros de 8 días rondan los USD 800.

Es muy raro que puedas encontrar una salida de buceo -dos inmersiones- por menos de USD150. Y el promedio de precio para excursiones de día (Saymour norte, Española, Isabela, San Cristobal, Floreana, Bartolomé) es de otros USD140.

Nosotros, dado que sólo teníamos una semana de tiempo, decidimos establecer en Pto Ayora nuestra base y desde allí contratar las salidas de buceo y las excursiones.

Es un buen plan cuando no se tiene mucho tiempo y quieres visitar islas y hacer buceo, pero he de admitir que para conocer bien todas las islas es necesario embarcarse en un yate y vivir los 8 días en él. La razón es que desde Santa Cruz se pueden hacer excursiones a las islas cercanas, las cuales están a un tiempo máximo de 3 horas. Sin embargo, hay paraísos biológicos como las islas Darwin o Wolfque están a varios días de travesía en barco mediano-grande.

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Alex y su hermano David en Galápagos

En una semana nos dio tiempo a bucear en el famoso Gordon Rocks -donde vimos tiburones martillo- conocimos la isla de Santa Cruz -incluyendo Las Grietas, Tortuga Bay y la estación Darwin con el carismático Solitario George-, visitamos Seymour norte viendo las fragatas y los famosos Piquetes (boobies) de patas azules, iguanas, leones marinos, lagartijas de lava, fragatas…y también una de las mejores excursiones posibles: San Bartolomé.

San Bartolomé se formó hace apenas un millón de años -de las islas más jóvenes del archipiélago- y se compone de rocas volcánicas donde la flora es muy difícil de encontrar y los animales sobreviven con grandes dificultades (aquí grabamos el ataque y posterior festín de una lagartija de lava a un saltamontes..naturaleza en estado puro).

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Las anécdotas durante estos días son innumerables e imposible escribirlas en el blog, lo mejor es que cada uno se decida a hacer el viaje y compruebe por sí mismo el buen rollo que reina en un sitio donde los habitantes son conscientes de que el turista es su fuente de ingresos con lo que siempre ofrecen un trato amable y educado.

En cuanto a la comida, no dejéis de cenar en “los quioscos”, una pequeña calle llena de asaderos y donde comen los habitantes de la isla cuando salen fuera. Por USD 10 acabas hasta arriba de comida sabrosa aunque siempre está la opción de los restaurantes de primera línea, más caros. Un pequeño lujo es comprar tu pescado directamente en el puerto y luego llevarlo a los quioscos donde te lo cocinan a la brasa delante de tí y sirven con guarnición por USD5.

Espero poder contaros en algún momento futuro mi experiencia en Galápagos pero esta vez dentro del barco.

Saludos viajeros

Fuente: http://www.viajablog.com/

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