Puerto de Mogán, paseando entre canales en Canarias
A medio camino entre el sabor más tradicional y el gran lujo de algunas formas de turismo, encontramos este pequeño rincón en la isla de Gran Canaria.
Su visión, al menos en un primer repaso, es tan atractiva como contradictoria: en el entorno perfecto para el establecimiento de un puerto, vemos que los amarres dan cobijo a una flota llena de contrastes. Desde los pesqueros locales, con un estética que recuerda a otros tiempos, hasta llamativos yates, algunos de ellos de auténtico lujo.
Sus playas urbanas, de blanca arena, nos atraen a sus cálidas aguas y a un entorno en el que los restaurantes reclaman nuestra atención a golpe de aromas. En su mayoría es el pescado más fresco que podremos encontrar, llegado directamente al puerto en las embarcaciones que allí descansan, el que nos llama.
El contexto, aderezado por calles peatonales que circundan un barrio de claro sabor marinero, nos mece en un recorrido entre calles, canales y jardines. Es tal la belleza del entorno que ha sido rebautizada en ocasiones como la “pequeña Venecia canaria”, y quizás lo sea, pero afortunadamente con unos ritmos mucho más sosegados que su símil italiano.
Naturaleza bajo las aguas
Pero si esto no nos parece suficiente y tanto si somos aficionados al buceo como si no, tenemos una cita casi obligada con su mundo submarino. Estos son un auténtico tesoro sumergido, un paraíso marino de reconocido prestigio entre los amantes de la vida bajo las aguas.
Una muestra de su importancia y reconocimiento es la celebración anual del concurso de fotografía submarina, un simple botón que nos puede dar una idea de su belleza. La variedad de especies, sus colores y peculiaridades hacen que la inmersión sea casi, casi obligada.
Lo cierto es que Puerto de Mogán nos dejará un gran sabor de boca, tanto en los términos más literales como en los que no lo son, sus encantos nos embaucarán a ambos lados de la línea de flotación.
Leído en Canarias Viaja
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