Qué ver en Pamplona en un fin de semana

Imagen cedida por el Ayuntamiento de Pamplona

¿Vas a viajar a la capital el próximo febrero? Te recomendamos cinco sitios de Pamplona que no te puedes perder

Febrero está más cerca de lo que crees. Con las agendas tan frenéticas que llevamos de trabajo, con Navidad de por medio y… otros asuntos varios, es de vital importancia que nos hagamos un planning para pasar un fin de semana de ensueño en la capital. ¿Aún no sabes qué ver en Pamplona en un fin de semana? ¡Que no cunda el pánico! En Navartur queremos ponerte las cosas muy fáciles. Te vamos a descubrir los cinco sitios imprescindibles de Pamplona para que tu fin de semana sea inolvidable.

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Ayuntamiento de Pamplona y Plaza Consistorial

El lugar más emblemático de la capital pamplonesa. El edificio, edificado en 1952, cuenta con una preciosa fachada barroca perfectamente preservada desde el siglo XVIII. Es bastante curiosa, puesto que en ella se observan los tres órdenes clásicos (corintio, dórico y corintio). Su puerta principal está custodiada por dos estatuas que simbolizan la Justicia y la Prudencia. Y en lo más alto, se ubica el reloj. Este elemento data del siglo XVIII, aunque su maquinaria fue sustituida en 1991 y cada 6 de julio, justo a las 12 del mediodía, da comienzo a las fiestas de San Fermín.

El origen de la plaza es simplemente una maravilla. Corría el año 1423 cuando Carlos III decidió ordenar la construcción de una plaza en la que confluían los tres burgos medievales: Navarrería, San Cernin y San Nicolás. ¿Sigues queriendo saber qué ver en Pamplona en un fin de semana? No desesperes… que seguimos descubriéndote más sitios.

Imagen cedida por el Ayuntamiento de Pamplona

Plaza del Castillo

La Plaza del Castillo es, sin lugar a dudas, el corazón de la ciudad. Su nombre proviene del siglo XIV, concretamente del castillo que estaba ubicado en la zona de la bajada de Javier y que tomó este lugar como patio de armas. Durante la Edad Media sirvió como “tierra de nadie” en los conflictos entre los tres burgos, también fue mercado y un lugar de cultivo donde se sembraban hierbas y trigo para llegar a convertirse en un descampado. Durante los siglos XVII y XVIII, se empezaron a construir viviendas y comenzaron a acogerse eventos y celebraciones como justas o celebraciones de los patronos de la ciudad. Los trabajos de excavación sacaron a la luz restos arqueológicos de diferentes periodos, entre los que destaca una antigua necrópolis musulmana.

Sin lugar a dudas, es un lugar donde poder tomarse un café (o unas cañas) y dejar volar la imaginación. ¿Qué gentes pasearían por allá otrora? ¿Qué historias tendrían? ¿Cuáles serían los cotilleos de aquella vieja Pamplona?

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Catedral de Pamplona

La Catedral de Pamplona supone el complejo catedralicio más completo de España con su iglesia, claustro (considerado como una maravilla del arte gótico europeo), sacristía, cillería, refectorio, dormitorio y sala capitular. Espacios que, a lo largo de los siglos, se han ido derribando en otras catedrales españolas. Levantada en entre el siglo XIV y XV, sus estancias han sido construidas a lo largo de los siglos, con distintos estilos con el gótico como predominante.

En su interior, la Catedral alberga varios tesoros como la exposición de Occidens además del sepulcro de Carlos III el Noble y su esposa, entre otros. Una visita a este lugar hará las delicias de los viajeros culturales más exigentes.

Imagen de Montxo A.G. cedida por el Ayuntamiento de Pamplona

Rincón del Caballo Blanco y murallas de Pamplona

Dejamos atrás la Catedral de Pamplona y dirigimos nuestra mirada a Caballo Blanco. El rincón con más encanto de la ciudad. Constituye la parte más alta del Bastión de Redín. Antiguamente en este lugar había un palacio del que solo se conserva la Cruz del Mentidero -confluencia de las calles Navarrería, Curia, Calderería y Mañueta… donde se realizaban ejecuciones en el año 1500. Las vistas desde esta ubicación son privilegiadas, pudiendo observar el barrio de la Rochapea, Chantrea y San Jorge. Al fondo, se alza imponente el monte San Cristóbal con su fuerte -prácticamente abandonado- en lo más alto de la cima.

Y si tenéis algo de hambre, una degustación de piparras en el Mesón de Caballo Blanco es una opción muy apetecible…

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La capilla de San Fermín

Para concluir nuestra visita, qué mejor manera de hacerlo que visitando la capilla de San Fermín: lugar de referencia y devoción para multitud de navarros (y foráneos) y símbolo por excelencia de las fiestas de San Fermín. Desde esta iglesia se da inicio cada 7 de julio la procesión del santo y tienen lugar todos los actos religiosos oficiales durante las fiestas. Aunque la capilla fuera construida entre los años 1696 y 1717, el edificio completo data de 1901 y destaca el juego geométrico de sus cúpulas y la linterna de la parte superior.

Además, desde este lugar, podéis ir hasta el paseo Sarasate o adentraros de lleno en el Casco Antiguo de Pamplona, uno de los lugares más bonitos de la capital. Suena bien, ¿verdad?

Imagen cedida por el Ayuntamiento de Pamplona

Y si aún no tienes seguro qué ver en Pamplona en un fin de semana y no te terminan de convencer del todo estos lugares, no te preocupes porque muy pronto descubrirás más sorpresas que aguarda esta capital… ¿Estás preparado?

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