Shanghái, un viaje a la China del futuro

Beijing es el gran escaparate y principal atractivo para un primer viaje a tierras chinas, pero es Shanghái el destino que mejor representa el desarrollo comercial, económico y humano del gigante asiático, la ciudad más grande y próspera del país, con una interesante mezcla de culturas orientales y occidentales. El futuro de China se escribe en Shanghái.

Aunque cada vez adquiere un aspecto más occidental, Shanghái aún conserva retales de su pasado tradicional que lo convierten en un destino exótico, lejano y desconocido. Actualmente Shanghái funciona como cruce de culturas que la convierten en un enclave cosmopolita y abierto que tiene mucho que ofrecer a sus visitantes.

Más allá de su impresionante skyline dominado por la Torre de la Televisión Perla de Oriente y la opulencia de sus famosos rascacielos, Shanghái ofrece mucho a sus visitantes. Para empezar, es obligado dar un paseo por el distrito de Pudong, donde se concentran los hoteles de lujo, las tiendas más exclusivas y los restaurantes más selectos de la ciudad. Después de verlo desde dentro, lo ideal es obtener una imagen desde la distancia, disfrutando de una cena a bordo de un crucero nocturno por el río Huangpu, que atraviesa la ciudad.

En la otra orilla se encuentra el distrito del Bund, el corazón de la ciudad colonial, con bellos edificios de época y rincones deliciosos como Yuyuan, el “Jardín de la Felicidad”, un oasis en medio del bullicio de la ciudad. Otro de los barrios más recomendados para un agradable paseo, pero sobre todo para comer o cenar, es Xintiandi, considerado el corazón gastronómico de Shanghái.

Hay varios museos interesantes en Shanghái que merece la pena visitar, de los que cabe destacar el Museo de Shanghái, que se cuenta entre los mejores de China, y el impresionante Museo de la Ciencia y la Tecnología. Por otra parte, el Templo del Buda de Jade y el barrio de Tianzifang, lleno de comercios tradicionales y pequeños cafés, son visitas obligadas durante una estancia en Shanghái.

Por último, no hay que irse de la ciudad sin subirse al menos una vez en el Maglev, el tren de levitación magnética más rápido del mundo, que conecta el aeropuerto con el centro de la ciudad y puede alcanzar una velocidad de 430 km/h.

Leído en Canalviajes
Fotos vía: China Highlights

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