Suances, villa marinera en Cantabria

Suances es una hermosa villa marinera situada en uno de los parajes más bellos de la costa central de Cantabria. Destacan sus maravillosas playas de fina arena, que durante la época estival atraen a miles de visitantes convirtiendo a Suances en uno de los principales focos de atracción turística de Cantabria.

Un excepcional entorno natural en uno de los enclaves más tradicionales de la cornisa cantábrica que seduce por su paisaje y belleza, y que deleita a sus visitantes con impresionantes vistas panorámicas de la costa.

Suances nos brinda la oportunidad de gozar de una amplia oferta gastronómica, deportiva, actividades náuticas y un animado ambiente en temporada estival.

Qué ver o visitar en Suances

La villa de Suances se encuentra en la costa central de Cantabria, siendo la capital de un tranquilo municipio de cinco pequeños pueblos por el que discurren unidos los ríos Saja y Besaya.

Las playas, la actividad pesquera y el atractivo turístico son las señas de identidad de este lugar, diferenciado por dos zonas bien diferenciadas, y llamadas popularmente el “pueblo” y la “playa”.

Suances pueblo

Suances pueblo esta situado en la parte alta de la villa. Mmantiene vestigios de su pasado marinero que se percibe sobre todo en el barrio de La Cuba, con las típicas casas marineras arracimadas, desde las que se divisa la entrada de la ría de San Martín, uno de los símbolos de este pueblo.

Destacamos la Casa de los Polanco, situada en la plaza de Viares, y la iglesia de Nuestra Señora de las Lindes.

Suances Playa

Suances playa es donde se concentra la actividad hostelera y turística, y es donde se encuentran las afamadas playas de la localidad.

La mayor de ellas es la playa de la Concha, un gran arenal de 762 metros de longitud por 40metro de ancho, separada de la desembocadura de la ría San Martín por un espigón.

Junto al pequeño puerto pesquero se encuentran las playas de la Ribera y la Riberuca, dos pequeños arenales bañados por las aguas de la Ría San Martín.

La otra playa de la villa, Los Locos, esta situada en la denominada “Punta del Dichoso” y es una de las más afamadas localizaciones surferas de toda España. Aquí encontramos el faro, junto a él, el mirador del Torco.

Qué ver en Suances

Comenzamos la visita en Suances desde la zona alta, el barrio de La Cuba, desde donde podremos contemplar la Ría de San Martín y recorrer las calles de este barrio de pescadores.

Atravesamos la plaza de Viares, donde está el Ayuntamiento y su zona más comercial, tomando la carretera que va en dirección hacia el pueblo de Tagle para detenernos en la Iglesia de Nuestra Señora de las Lindes.

La ruta toma aquí un atajo que desciende hacia la playa, para desembocar en la pequeña capilla del Carmen.

Desde aquí podemos ir al puerto pesquero y la playa de la Ribera, para tomar el moderno paseo marítimo, que discurre paralelo a la desembocadura de la ría San Martín primero y a la playa de la Concha después.

Desde el final de la playa de la Concha se accede hasta la Punta del Dichoso. La primera parada es en el mirador del Castillo, desde donde se divisa la playa de los Locos y sus acantilados, el pequeño saliente llamado Punta Sopico y al fondo Punta Ballota.

Siguiendo la carretera, llegamos hasta la Punta del Dichoso, donde se sitúa el Faro y el mirador del Torco, que nos ofrece la mejor panorámica de la villa de Suances y de la playa de la Concha.

Patrimonio Arquitectónico

Suances se descubre ante el visitante como tierra de amplio y variado contenido histórico y artístico: iglesias, ermitas, restos de torres y casonas,… revelan en la melancolía que producen sus piedras, un pasado de contante renacer, de superposiciones de culturas.

Blendios, romanos, Señoríos y lo pasado, son las certezas del empeño por habitar esta tierra que sigue conservando el encanto y la singularidad que la hizo característica.

Arquitectura religiosa

Toda la arquitectura religiosa en Suances sigue un modelo castellano con raíces góticas. Los principales monumentos que podemos vistar son:

La Iglesia parroquial de Suances, que se comenzó a construir entre los años 1600 y 1610. Es una de las más completas, ya que incorpora el camarín y las dos capillas laterales. En el año 1705 se le dio más altura para fundir la nave con la capilla mayor y dar cabida a una bóveda de cañón con lunetos.

La Iglesia de Tagle, cuya construcción se comenzó en 1685 y se quedó en un intento de imitar a la anterior.

La Iglesia de Puente Avíos, que mantiene cuatro elementos marcadamente góticos: un estribo que busca la diagonal, el ochavo de la capilla mayor, la espadaña de tres voces a los pies en vez de la torre y una crucería de combados cóncavos cuando éstos ya habían comenzado a simplificarse, haciéndose rectos o incluso desapareciendo.

A diferencia de las dos anteriores, fue levantada de nueva planta en una sola campaña en el año 1664.

La Iglesia de Ongayo, construida entre 1728 y 1733,  ostenta el mérito de conservar el único camarín de la serie y el de no haber racionalizado al máximo el uso del espacio al plantar la torre no adosada al hastial sino dentro de la nave.

La iglesia de Cortiguera es una vuelta a los orígenes. Se construyó entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Recupera la espada gótica y elimina los terceletes, las ligaduras y los combados, para no dejar más que la auténtica crucería, los nervios diagonales. La plementería sigue siendo como en los casos anteriores: cupuligorme. La portada es de un clasicismo más puro.

Arquitectura civil

El municipio de Suances conserva aún numerosos ejemplos del paso del tiempo en todos los pueblos que la villa. Entre ellos cabe destacar en Suances:

  • Casa de los Polanco (siglos XVII- XVIII);
  • Restos de defensas costeras de la Punta del Torco (siglo XVII);
  • Casa Ayuntamiento (finales del siglo XIX);
  • Colegio San José (año 1903);
  • Castillo de Florencio Ceruti (año 1904);
  • Casa de la familia Fernández Celaya (siglo XX);
  • Quinta del Amo, de estilo pintoresquista inglés (siglo XX);

Patrimonio Natural

El municipio de Suances pertenece a la comarca natural denominada Franja Costera o La Marina. Aunque se trata de un municipio muy poblado, tiene un gran número de lugares de interés para el amante de la naturaleza, debido a la gran accesibilidad y las facilidades de observación que presenta el litoral.

El paisaje costero se caracteriza por la presencia de acantilados, únicamente interrumpidos por la Ría San Martín. Es este un ecosistema que sirve de refugio esporádico a las aves migratorias, lo que nos brinda la oportunidad, sobre todo en época invernal, de poder observar especies poco frecuentes en Cantabria que, junto con las que habitan este estuario durante todo el año, proporcionan un valor ornitológico especial.

La vegetación está constituida, en las zonas de marisma, por comunidades amantes de la sal: carrizo, junco marino, salvio y berdolaga marina, entre otros, que forman praderas permanentes.

En los acantilados e islotes costeros, además de las aves características de este ecosistema como la gaviota argéntea y el cormorán moñudo, nos sorprenderá encontrar algunas especies como el halcón peregrino o el cernícalo que, originales de otros ecosistemas, se refugian en los inaccesibles acantilados para asegurar su supervivencia.

En sus bordes, la landa atlántica constituye la vegetación natural estable, formada por matorrales arbustivos y subarbustivos, como el escajo o tojo, brezo y árgoma, es de gran importancia ecológica por retener con sus raíces el suelo, evitando así la erosión.

En las playas y arenales que jalonan el litoral, la cubierta vegetal es herbácea. Dado que las arenas son móviles, las especies vegetales que en ellas viven, tales como lechetrezna, Espinardo, armuelles silvestres, rábano de mar, se ven igualmente trasladadas, por ello la vegetación existente durante el verano desaparece con frecuencia cuando llega el otoño y el invierno, surgiendo en otros lugares al verano siguiente.

Debido a la escasa cobertura vegetal, el grupo de mayor interés faunístico lo constituyen reptiles, como el lagarto verde y el eslizón, y aves como el corregimos, el chorlito chico o el charrán común, además de las habituales gaviotas. Nos será también muy fácil observar invertebrados como la pulga de arena.

Para concluir, no podemos dejar de mencionar las praderías que, extendiéndose hasta el mar, forman el ecosistema que más superficie ocupa en el municipio, favorecidas por el suave relieve que lo caracteriza.

Prados que aparecen salpicados por modestas plantaciones de eucaliptos y por pequeñas manchas de arbolado autóctono en sus lindes y en las vaguadas de difícil cultivo.

En cuanto a la fauna mayor, valor lo poseen los mamíferos depredadores de pequeño y mediano tamaño como el erizo y el zorro, junto con aves, que se refugian en los retazos de fondosa y en los bosques de eucalipto.

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