Tailandia imprescindible: dos semanas en el paraíso

Tailandia es un gran país por descubrir. A diferencia de lo que algunos puedan pensar, es un país muy seguro, así que decide qué quieres hacer y planifica tu propio viaje para vivir la aventura tailandesa. Puedes hacer trekking por la jungla, subir en elefante, practicar ráfting sobre cañas de bambú, disfrutar de las mejores fiestas… Nosotros te proponemos un viaje de dos semanas por uno de los países más espectaculares del mundo, 15 días para disfrutar del paraíso tailandés.

Un paso obligado por Bangkok

El único aeropuerto internacional del país está en Bangkok, la capital, así que es parada obligatoria tanto para la llegada como a la hora de abandonar el país. Puede dar la imagen de ciudad caótica, y lo es, pero eso forma parte de su exotismo. En muy pocas ciudades del mundo conviven rascacielos y centros comerciales de lo más sofisticado con mercados o templos tradicionales, lo que también provoca que nos encontremos con grandes contrastes.

Bangkok está llena de templos, así que te recomendamos que te hagas una lista con los que quieres visitar. Wat Pho y Wat Arun son los más destacados, y vivir el amanecer en este último, junto al río Chao Praya, es uno de esos momentos que recordarás cuando ya estés en casa.

Precisamente en este río encontramos el mercado flotante, en el que desde una barca compramos frutas, verduras y souvenirs a los vendedores en su propio barco. Eso sí, el mercado flotante se instala a las 8 de la mañana y solo dura unas horas.

templo

Otra de las visitas obligadas en Bangkok es el Gran Palacio, el monumento más famoso del país. Allí está el Buda Esmeralda, y tailandeses y turistas acuden a rendirle homenaje a Buda y al rey. Hay que tener en cuenta el código de vestimenta (no se puede ir en pantalón corto), aunque nos ofrecerán unas capas a la entrada.

Os recomendamos que sea uno de los primeros lugares que visitéis nada más llegar a Bangkok.

A bordo del Orient Express

Desde Bangkok parte el Eastern and Oriental Express, un tren que recuerda al Orient Express, camino a Singapur. Nosotros lo aprovechamos para visitar Ayutthaya, Chiang May o Kanchanburi. A lo largo del trayecto nos encontraremos con el contraste entre la Tailandia urbana y la Tailandia rural.

Tras desayunar y pasar por el viaducto de madera de Tham Kassae, la primera parada es el Río Kwai, que recorreremos en barca, y el cementerio de guerra de Ran Dak.

Nuestra siguiente parada es Ayutthaya, capital del antiguo reino de Siam, donde no nos podemos perder su conjunto arqueológico. Los más aventureros pueden bajarse del tren en Chiang Mai, la ciudad más importante del norte del país y uno de los destinos preferidos de los mochileros.

Desde allí parten excursiones a pueblos tribales. Todavía al norte del país, Pai es un refugio hippie que no defraudará, mientras que en Sukhotai encontraremos las mejores ruinas de Tailandia.

Las islas del este

Si buscáis tranquilidad, la encontraréis en las islas de Koh Chang o Koh Mak, al este del país. Koh Chang es la segunda más grande de Tailandia, y está mucho menos explotada que destinos más conocidos como Pukhet, así que podemos relajarnos a la vez que damos un paseo en elefante, rodeamos la isla en moto de agua o hacemos un poco de submarinismo.

Lo mejor de Koh Mak son sus playas, aunque hay que estar alerta con los sandfly, una especie de mosquito muy molesto que vive en la arena de algunas playas.

El sur y la fiesta de la luna llena

Nuestro viaje está a punto de acabar, pero aún nos falta descubrir el sur de Tailandia. Sin lugar a dudas, hay que visitar la isla de Koh Phangan y su famosa fiesta de la luna llena, que dura días. Se celebra cada vez que hay luna llena, cada cuatro semanas, así que podemos hacer coincidir nuestra visita a la isla con la luna llena. Si no es posible, nos queda el consuelo de acudir a las fiestas de la media luna, de la luna amarilla o de la luna blanca. También son multitudinarias y difíciles de olvidar -siempre que te acuerdes al día siguiente-.

playa tailandia

Phuket es la isla más conocida del país, y uno de los destinos preferidos por los turistas, así que no es de extrañar que nos encontremos con una gran cantidad de turistas. Aunque sus espectaculares playas no están tan bien como las de otras islas, tienen la ventaja de que Phuket es uno de los pocos sitios de Tailandia donde se permite hacer surf. Si lo que buscas es bucear o practicar la escalada, las Islas Similan son otra parada obligatoria en tu recorrido.

Si todavía queda tiempo, el Parque Nacional de Khao Sok es una buena opción. Podemos hacer excursiones por la selva junto al río o dormir en una cabaña flotante en la presa. Y si queréis visitar la Tailandia más desconocida, tenemos dos propuestas: la ciudad costera de Songhkla, con un monte desde cuya cima hay unas grandes vistas, o la de Hat Yai, bastante visitada por los turistas malayos pero prácticamente sin turismo occidental.

Y así finaliza esta ruta por Tailandia. Desde luego que en dos semanas podemos ver muchísimas cosas y encontrar tiempo para relajarnos, buscar un poco de aventura o conocer la tradición y costumbres del país.

Leído en el blog de Rumbo

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