Tarazona, frontera entre tres reinos
Panorámica de Tarazona
Durante muchos años, la ciudad de Tarazona estuvo en la frontera entre el Reino de Aragón, Navarra y Castilla, lo que condicionó su entramado urbanístico. Podemos visitar la judería, la Catedral, las Casas Colgadas o el Parque Natural del Moncayo, muy cercano.
Desde que los romanos llegaron a Tarazona, todos los pueblos que han pasado por la península han dejado su rastro. Visigodos, árabes, judíos y cristianos han estado más o menos tiempo en esta ciudad de la provincia de Zaragoza, que también ha sufrido en sus carnes los conflictos del Reino de Aragón con Navarra o Castilla.
Su localización en la frontera entre estos tres reinos condicionó su entramado urbanístico, repleto de callejones, barrios altos y amurallado. Aunque en el pasado cada barrio contaba con sus murallas, además de una que rodeaba toda la ciudad, hoy en día solo quedan restos en el barrio del Cinto. Algunos se pueden ver, y otros se utilizaron como fundamento para realizar las que se conocen como Casas Colgadas, cuyas fachadas posteriores ‘cuelgan’ sobre la calle de la Judería, de forma similar a las casas colgantes de Cuenca. Precisamente hay dos juderías, la Vieja, de la época medieval, con sus callejones estrechos y sinuosos y la Nueva, que es del siglo XV.
En Tarazona también encontramos el rastro del arte mudéjar. Buen ejemplo de él es la Mezquita de Tórtoles, aunque una restauración incompleta y no muy bien hecha le han restado parte de su esplendor. También hay restos mudéjares en el campanario de la Iglesia de Santa María Magdalena, el templo más antiguo de la ciudad que ha sido remodelado en más de una ocasión.
Este estilo no lo encontramos en la Catedral de Nuestra Señora de la Huerta, pero si que sirvió de inspiración a la hora de construir esta catedral que comparte muchos parecidos con el gótico francés. Edificada entre los siglos XIII y XVI, en sus elementos se reflejan tanto las diferentes fases por las que pasó el gótico como los comienzos del renacentismo.
El edificio del ayuntamiento, construido en el siglo XVI, es otra parada obligatoria. Entre su decoración, sobresale el Friso de Carlos V, que muestra la cabalgata triunfal del emperador en Bolonia. Puede que el emperador residiese temporalmente en el Palacio Episcopal, como hacían los Reyes de Aragón. Del Palacio destacan la sala de los obispos, que a mediados del siglo XVI Juan González de Munébrega ordenó decorar con el retrato de sus antecesores. De esa época también es el Palacio de Eguaras, que en su interior todavía conserva pinturas originales de hace casi 500 años.
En los alrededores de Tarazona está el Parque Natural del Moncayo. Desde los diferentes miradores se pueden contemplar vistas panorámicas del Moncayo y de las regiones vecinas. Además, por el camino hasta los miradores hay neveras naturales, antiguos campos de cultivo y un amplio abanico de vegetación. También en el parque están el Monasterio de Santa María de Veruela y la Ermita de San Cristóbal; y los aficionados al montañismo pueden coronar las cimas de sus picos, cubiertas de nieve en invierno.
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Comentarios
Una ciudad fantástica para conocer, así como toda esa zona del Moncayo y Campo de Borja. Buena comida y buena gente, naturaleza, cultura, tradición, arte,… merece la pena hacer una buena visita y nos os defraudarán.
Una ciudad fantástica para conocer, así como toda esa zona del Moncayo y Campo de Borja. Buena comida y buena gente, naturaleza, cultura, tradición, arte,… merece la pena hacer una buena visita y nos os defraudarán.
Agradecere que todas publicaciones relacionadas con Tarazona y el Moncayo las envien. Asi mismo de las egiones colindantes; es una forma de estar bien documentada para informar al cliente.
Gracias por su atención. Un saludo
Pilar Blesa
Agradecere que todas publicaciones relacionadas con Tarazona y el Moncayo las envien. Asi mismo de las egiones colindantes; es una forma de estar bien documentada para informar al cliente.
Gracias por su atención. Un saludo
Pilar Blesa