Tenerife, paisajes volcánicos

Recorrer las carreteras de las Cañadas del Teide, en la isla de Tenerife, nos hace descubir rincones realmente sorprendentes.

Uno de estos rincones, que debes considerar una visita imprescindible en tu viaje a Tenerife, es el mirador de la Tarta del Teide, un emplazamiento sin igual para disfrutar de las vistas panorámicas del mar de nubes que durante varias época del año  cubren el Valle de la Orotava, al pie del majestuoso pico volcánico del Teide.

Pero este mirador tiene una doble vertiente. Es más, en realidad se trata de dos miradores.

La carretera, que baja serpenteando el Teide por la ladera de la montaña, tiene una curva que atraviesa un antiguo rio de lava. Este paraje volcánico es precisamente el conocido como la Tarta del Teide, y es donde se sitúa el mirador.

La denominación de tarta viene porque aquí puedes ver muy bien los resultados de diferentes erupciones, que se corresponde con cada capa de colores diferentes.

Estas erupciones han podido tener lugar durante días o semanas, arrastrando materiales de distintas características. Y entre cada una de las capas que ahora puedes ver en la Tarta del Teide pueden haber transcurrido siglos o milenios.

Según se señala en el cartel informativo que encuentras en el mirador de este paraje volcánico, la capa blanca está formada por fragmentos de piedra pómez, muy porosa y ligera.

Las capas negras se forman por picón basáltico, característico de las erupciones con bajas emisiones de gas. Y, por su parte, las capas rojizas también son de picón basáltico, pero su color es el resultado de haber entrado en contacto con aguas subterráneas que han oxidado el material antes de evaporarse por el calor.

En suma, la Tarta del Teide es uno de los mejores lugares de la isla de Tenerife para apreciar cómo las erupciones volcánicas han creado rincones paisajísticos.

Leído en Guías Viajar

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