Tesoros de Cantabria

San Martín de Elines, Cantabria

Colegiata de San Martín de Elines, Cantabria

Una de las mejores descripciones sobre la geografía de Cantabria dice que es como un enorme queso de Gruyere, lleno de agujeros. No se sabe quién fue el primero en acuñarla, pero la clavó. Prueba de ello es la cantidad de resultados relacionados que, tan solo haciendo una sencilla búsqueda, nos proporciona el señor Google.

Cantabria está llena de agujeros. De cuevas que, como comentaba en el último post sobre esta tierra, dan para mucho: desde ver formaciones geológicas alucinantes o pinturas del Paleolítico, a practicar actividades de aventura, para los que Coventosa es la gran reina. Pero si hay un uso de estas cavidades que, por lo insólito, es capaz de dejarnos con la boca abierta, éste es el de las iglesias rupestres.

Se trata de algo realmente excepcional, muy difícil de encontrar en ninguna otra parte de nuestro país. Salvo contadas excepciones salpicadas aquí y allá (en Navarra, Galicia… incluso también hay algún ejemplo en Andalucía), para admirar en todo su esplendor este patrimonio único hay que ir a la comarca de Campoo-Los Valles, concretamente a su extremo más meridional. Tened cuidado de no pasaros o, en un abrir y cerrar de ojos os plantaréis en las provincias de Palencia o Burgos.

La mancomunidad de los Valles (injustamente, una de las zonas más desconocidas de Cantabria) guarda, entre otros, dos tesoros por lo que su visita se impone como obligada.

En primer lugar se trata de uno de los territorios más ricos de todo Europa en cuando a arquitectura románica: más de cincuenta templos entre los que destaca la Colegiata de San Martín de Elines, junto con la Iglesia de San Miguel de Quintanilla.

Seguir leyendo y ver muchas más fotos sobre los tesoros de Cantabria…
Fotografía: Txemi López en Flickr

Si te ha gustado este artículo, ¡compártelo!
Y si quieres estar al tanto de las propuestas que te presentamos… suscríbete al Boletín Navartur

Comentarios

Deja un comentario