Toda la ría de Bilbao por 4,60 euros

Aunque existe una Bilbaocard que se puede adquirir en las oficinas de turismo por 6 euros,  lo que da derecho a libre circulación en transporte público por el centro de la ciudad y algunos descuentos en museos, tiendas y restaurantes, esta vez apostamos por el Billete de Día que ofrece Metrobilbao por 4,60 euros y que da derecho a viajes ilimitados por sus dos líneas. Lo que significa no sólo viajar por toda la ría, sino incluso llegar hasta Plentzia.

Siempre sorprende lo barato y eficiente que resulta el transporte público en el País Vasco. La primera sorpresa es descubrir que el autobús que va desde ese aeropuerto diseñado por Santiago Calatrava al centro sólo cuesta 1,35 euros. Nos deja en la puerta del NH Villa de Bilbao que acaba de ser remodelado, tiene una excelente relación calidad-precio y no puede estar mejor situado en plena Gran Vía.

Comienza la aventura temprano, después de un opíparo desayuno, en la estación de San Mamés reconocible por su inconfundible fosterito. Media hora después está Plentzia, sin duda uno de los puertos vizcaínos con más encanto de la costa vasca. El casco antiguo en sí no tiene desperdicio y las playas rodeadas de montes, intensamente verdes, son todo un espectáculo. Hay varios hotelitos con encanto, entre los que destaca La casa de Marinos Uribe.

Es recomiendable no bajarse en Sopelana, sino en Larrabastera que es uno de sus barrios y donde un paseo de diez minutos nos acerca a una costa tremendamente abrupta, marcada por grandes acantilados que se precipitan en enormes arenales donde pega con ganas un mar Cantábrico embravecido. Mar aprovechado por muchos surferos que frecuentan esta zona. Su punto de encuentro es el café La Triangu.

Desde Algorta, el puerto viejo de Getxo, hay un paseo maravilloso por la ría hasta Las Arenas, pero como el cielo amenaza lluvia el metro nos lleva hasta Areeta, que es como se llama la Estación de las Arenas y donde se encuentra esa obra maestra de la ingeniería civil que es el Puente Colgante -o Bizkaia- que diseñó Alberto Palacio a finales del siglo XIX. Vale la pena subir a la pasarela superior aunque el precio del billete son 6 euros.

Cruzar en la barqueta a Portugalete, sin embargo, sólo cuesta 35 céntimos. En la otra orilla nos encontramos con el Mercado de Aldeanas en la Plaza del Solar, el Museo Rialia, dedicado al pasado industrial de la ría y de camino a la estación de metro nos podemos adentrar en casco viejo, pararnos un momento en la Basílica de Sta. María antes de utilizar las muy prácticas escaleras mecánicas que ayudan a subir a la parte alta de Portugalete.

Dos paradas hasta Santurtzi, el final de la línea 2 del metro, para iniciar la vuelta a Bilbao por la ría, tal como lo hacían las famosas sardineras. De camino nos econtramos Peñota, donde es recomiendable entrar en el Palacio Oriol, hoy convertido en un hotel NH Collection,  para probar su económico menú o tomarse un café. Quien desee quedarse a dormir, una habitación doble cuesta 59,50 euros. Sí, compruébenlo en la página web. Y con las mejores vistas imaginables a la ría.

Volviendo por la línea 2 podemos bajarnos de nuevo en Barakaldo y ver cómo ha quedado la Plaza Pormetxeta diseñada por  MTM y Xpiral Arquitectos. ¡Espectacular!

Si ya es la hora de tapear podemos dirijirnos a la estación Casco Viejo que nos deja a las puertas de las famosas Siete Calles. Para acabar el día, Bilborock, un espacio alternativo ubicado en una antigua iglesia barroca al otro lado del Nervión, lugar de intensa actividad cultural donde siempre nos encontraremos alguna muestra o actuación diferente. Y antes de terminar el día podemos subir al bar en la terraza del Hotel Domine con el Guggenheim en primer plano. Todo un lujo y el broche de oro perfecto para un día en Bilbao.

Leído en OchoLeguas

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