Turismo y vino en las Islas Canarias

Viñedos en Lanzarote

Viñedos en Lanzarote (Foto: Anna / Flickr)

El vino es uno de los emblemas de Canarias. Su calidad es indiscutible. Por eso, el enoturismo crece con fuerza en el archipiélago canario como una oferta complementaria al turismo de sol y playa.

La variedad de microclimas existente en las Islas, debido a su caprichoso relieve, genera las condiciones necesarias para que el cultivo de la vid en los diferentes entornos se transforme en una diversidad de caldos de categoría. Así, los vinos se han convertido en uno de los principales reclamos de los turistas, que al degustarlos se sumergen en la historia y la cultura de los canarios.

El enoturismo o turismo del vino ha crecido en los últimos años de forma exponencial. Es una modalidad del turismo rural, que consiste en visitar bodegas y viñedos para conocer todo lo relativo al mundo vitivinícola dentro del entorno en el que se desarrolla. Por supuesto, gracias a su tradición en esta actividad, Canarias ofrece experiencias turísticas de calidad relacionadas con el vino.

Denominaciones de Origen

Canarias cuenta con diez Denominaciones de Origen en vino que se abren a todos los turistas que deseen conocerlas, además de actuar como sellos de garantía sobre la calidad de los caldos canarios.

Tenerife tiene cinco DO: Abona, Tacoronte-Acentejo, Valle de Güímar, La Orotava e Ycoden-Daute e Isora.

Producen vinos tintos, rosados y blancos y existen más de un centenar de bodegas, desde las más familiares que elaboran solo una clase de vino, hasta las enormes bodegas industriales. Los vinos tinerfeños han superado fronteras y se exportan, entre otros países, a Japón, Alemania o Estados Unidos.

Por otra parte, la DO Gran Canaria nació de la unión de las dos existentes anteriormente en la Isla: DO Monte Lentiscal, que ocupaba la zona vinícola de Tafira-Monte Lentiscal y la DO Gran Canaria, que agrupaba vinos procedentes del resto de la Isla.

Lanzarote cuenta con una DO propia que aglutina a todos los vinos producidos en la Isla. Las variedades de uva blanca son las predominantes, entre las que sobresale la malvasía volcánica, un tipo de uva local que está adaptada al suelo y al clima lanzaroteño.

Por su parte, la DO La Palma dispone de casi 20 bodegas que se reparten por todo el territorio isleño. Sus vinos de tea artesanales son muy conocidos y especiales, al conservarse en barricas de madera de pino canario, lo que les concede unas cualidades únicas.

La DO El Hierro nació con una singularidad: consiguió el sello en 1994 con tan solo dos bodegas. La Isla tiene unas 200 hectáreas de viñedos donde se extraen uvas para elaborar principalmente vinos blancos jóvenes. Su producción se realiza para el consumo y comercialización local y regional.

Asimismo, los viñedos de la DO La Gomera protagonizan el paisaje del abrupto relieve de la Isla, al cultivarse en terrazas en las laderas.

Una experiencia diferente

La oferta enoturística se ha desarrollado y mejora día a día en las islas Canarias, brindando a turistas y residentes experiencias inolvidables con el vino como hilo conductor.

Las bodegas ofrecen la posibilidad de conocer sus instalaciones al detalle, probar sus caldos (incluso como maridaje de una exquisita comida típica), presenciar el atardecer mientras se escucha buena música o descubrir los entresijos de la historia de la vitivinicultura en Canarias y su influencia en el desarrollo de las sociedades isleñas.

Así, el enoturismo en Canarias se ha convertido en una oferta complementaria al turismo de sol y playa, que abre al turista las regiones interiores de las Islas.

Leído en Fly Magazine

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