Una escapada de aventura por los desiertos de Túnez

Desierto de Túnez

Desierto de Túnez (Renaud Torres / Flickr)

Si te apetece vivir una aventura increíble en el desierto, emular a grandes viajeros de los siglos XIX y XX como Lawrence de Arabia, huir del mundanal ruido para encontrarte contigo mismo, o simplemente llenar tu muro de Facebook de fotos que causarán envidia; pero, al mismo tiempo, te gustan los viajes seguros y tranquilos en los que nada falla… Túnez es tu destino.

Este país, cuyo mayor valor es la hospitalidad de sus gentes, guarda mil y un desiertos. No solo las clásicas dunas del Sahara, mar de arena que ellos llaman erg; también desiertos de rocas (reg) e incluso desiertos de sal (chott). Y todos están ahora en un momento idóneo para visitarlos, sin aglomeraciones de turistas; perfectos para una aventura inolvidable.

El sur de Túnez, de hecho, es tradicionalmente una zona muy apreciada por los viajeros españoles, que siempre han dejado buen recuerdo en la población local. Los habitantes de Douz o Tozeur cuentan a quien quiera escucharlos que echan de menos a los españoles, ‘son los que más salen del hotel, y los más simpáticos’.

Y esta que firma, sin más ánimo que el de servir de testimonio en primera persona, ha de contar que acaba de llegar de allí y puede confirmar que para simpatía, la de ellos, que cada año resultan mejores anfitriones; que las medidas de seguridad se han elevado firmemente en todo el país; y que Túnez está trabajando duro con su mejor sonrisa para volver a ser el destino perfecto. Ahora es el momento de disfrutarlo. Créeme, acabo de regresar y ya estoy planificando la próxima escapada tunecina.

Pero dejémonos de opiniones y vayamos con la ruta. Si se cuenta con menos de una semana para el viaje, lo mejor es comenzar el recorrido terrestre desde Djerba, la isla mediterránea más grande del país. Está conectada con tres vuelos diarios de Tunisair Express, la aerolínea doméstica de Tunisair, desde la capital, y supone un buen punto de partida para descubrir los desiertos de Túnez, de este a oeste.

No te vayas de Djerba sin callejear por su zoco coqueto, aquí las compras salen más baratas que en la capital; y visitar un antiguo caravanserai, como el que se conserva en el hotel Marhala. Para dormir, una magnífica opción frente a la playa es el Radisson Blu Palace Djerba.

Lo más conveniente es hacer noche en Djerba para comenzar temprano la ruta terrestre, que es larga y tiene varias paradas imprescindibles, hacer una noche intermedia en el desierto y terminar con un par de noches en Tozeur, original ciudad de ladrillo blanco visto, encuadrada en el oasis más importante de Túnez.

Leído en Expreso.info

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