Una escapada a… Essaouira (Marruecos)

En  la costa oeste de Marruecos, apenas a 170 kilómetros de Marrakech, nos encontramos con una hermosa ciudad portuaria, un oasis tranquilo y seguro en el que disfrutar del arte, la comida, el mar y el viento. Se llama Essaouira (antiguamente, Mogador) y no es un lugar para ver con la guía en la mano, sino más bien un paraíso para perderse sin rumbo e ir descubriéndolo poco a poco. Si lo hacemos así, seguro que nos enamoraremos de esta blanca ciudad con espíritu portugués, como les ocurrió a Jimi Hendrix, Orson Welles, Cat Stevens, Leonard Cohen, Ridley Scott o Tennessee Williams.

Dejarse ayudar y aconsejar por sus generosos habitantes -curtidos en la hospitalidad que da haber vivido la diversidad cultural (por allí pasaron fenicios, romanos, cartagineses, bereberes, portugueses y franceses)- es otro aliciente.

Esta ciudad portuaria, antigua fortificación portuguesa convertida hoy en Patrimonio de la Humanidad, conserva el espíritu hippie de otro tiempo, el encanto de la vida tranquila y el alma de sus artesanos. Es, sin duda, una escala imprescindible en cualquier viaje a Marruecos.

Y es que Essaouira fue refugio hippie  durante los años 60 y 70 y hoy es el paraíso de los surfistas, gracias a sus vientos alisios y a su magnífica temperatura; pero también es destino del turismo familiar y de los amantes de la música de fusión. De hecho, su famoso Festival de Música Gnaoua, que tiene lugar a finales de junio -el ‘Woodstock marroquí’-, atrae a miles de personas.

Hoy, la vida souirí se concentra sobre todo en torno a la plaza de Moulay Hassan, al puerto (uno de los más activos de Marruecos) y a la Medina con sus callejuelas jalonadas de ateliers, riads con encanto, galerías (una referencia del arte contemporáneo marroquí), etc. La convivencia pacífica entre judíos, musulmanes y cristianos ha dejado definidas las tres zonas principales de esta ciudad antigua: la aristocrática Kasbah, la bulliciosa Medina y el Mellah judío. Pero que nadie se olvide de atravesar las murallas y salir a buscar una playa desde la que ver una de las mejores puestas de sol del mundo.

QUÉ VISITAR

En la villa de Ounagha, a 25 km de Essaouira, se encuentra la cooperativa Le Val d’Argan: un precioso paisaje de viñedos, un pequeño huerto ecológico, el complejo Ryad des Vignes (con cinco tranquilos chalecitos y piscina) y el Restaurante Du Vignoble, de exquisita cocina marroquí.

DE COMPRAS

La Medina de Essaouira es un laberinto de callejuelas construido en el siglo XVIII. Refugio de todo tipo de artesanos, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO hace once años.

En los puestos y tiendas de la Medina encontrarás alimentos, especias, artesanía, joyas, alfombras, madera, etc.

Para regalar, compra aceite de argán (aunque en las cooperativas sale más barato), jabón negro o unos curiosos pintalabios de arcilla. No te vayas sin llevarte algo de piel (bolso, maleta, babuchas, sandalias…), regateando con maña puedes conseguir muy buen precio. También hay tiendas modernas con ropa y complementos asequibles.

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