Viajar ayudando a los demás

Viajar ayudando a los demás

Toda la tarde jugando al fútbol y muchas cosas más con los chavales de una aldea perdida de Laos. ¡Lo pasamos de lujo!.

Cuando uno decide dejar todo y colgarse la mochila al hombro puede tener muchísimos tipos de motivaciones para hacerlo. La más habitual suele ser el desgaste de la vida rutinaria mezclado con la necesidad de satisfacción de tu espíritu aventurero.

Llegados a la encrucijada de tener que elegir entre una vida cómoda y segura o dar un golpe en la mesa y partir hacia lo desconocido por un largo tiempo -que en algunos casos significa toda una vida- cada uno valorará su situación personal y sus ganas de realizar su sueño.

Pero hay gente que no viaja sólo por estas ganas de ver Mundo, correr aventuras e imbuirse de culturas nuevas y desconocidas. Hay una raza de viajeros que va algo más allá y decide dar el paso, sobre todo, por ayudar o poner algo de alegría en la vida de las gentes que pueblan los países visitados.

De la gente que he conocido dando vueltas por el Mundo o los que he podido -o más bien, querido- seguir a través de la blogosfera son muy muy pocos los que comienzan un viaje empujados, principalmente, por esta motivación altruista.

Al que más sigo y el que más admiración me produce es Álvaro Neil, más conocido como el Biciclown y de cuyo blog estoy totalmente enganchado mientras espero que me llegue su último libro que compré a través de su web.

Este gran tío tenía un trabajo normal en Madrid -como tanto hijo de vecino-y un día decidió irse a recorrer el Mundo por más de 10 años para ir haciendo actuaciones de juegos malabares, humor y otras variedades -totalmente gratuitas, por supuesto- para el disfrute de miles de niños desfavorecidos de los cinco continentes. Ya ha visitado 64 países en los más de 2.000 días que lleva fuera de España.

Simplemente puedo decir que Álvaro es un crack.

No es tan difícil hacer feliz a un niño. Esta niña se lo pasaba genial con el búfalo de agua en una aldea de Innle, en Birmania

De la gente que yo he conocido en mis viajes, debo decir que prácticamente nadie viajaba con fines altruistas (incluyéndome a mí). Tan sólo Myriam y Thomas -dos amigos franceses que conocí mientras recorría Sudamérica en el 2009– se acercaban un poco a este concepto.

Ellos estaban también recorriendo gran parte del continente sudamericano por unos 6 meses pero dedicarían mes y medio a enseñar inglés y algunas cosas más a los niños de una aldea de las montañas de Ecuador.

Mantuve el contacto con ellos cuando nos separamos en Quito después de 3 semanas viajando juntos -y también cuando regresaron a Francia-y me comentaron que la experiencia había sido fantástica y una de las cosas que más le llenaron, no sólo del viaje, sino de sus vidas hasta la fecha.

Ellos parece que dieron con una organización que realmente se dedica a ayudar de buena fé y no a aprovecharse del sentido altruista de la gente. He oído que hay de todo. En la mayoría de los casos, la gente que se enrola en estas actividades deben pagarse los gastos de desplazamiento e incluso una suma en concepto de alojamiento y manutención. No lo veo mal pero siempre que en realidad se esté haciendo un gran bien a la comunidad a la que quieres ayudar y no sea otra forma de la que gente sin escrúpulos se lucre a costa de los más necesitados.

Igualmente, cuando viajas por aventura y ganas de ver Mundo, también está en tu mano ayudar a la gente con quien te cruzas. Lo podrás hacer de muchas formas y no sólo hablo de gente que vive en zonas mucho más desfavorecidas económicamente.

Las conversaciones con gente con las que conectes podrán influir positivamente tanto en tu vida como en la de ellos.

Económicamente puedes tratar de distribuir tu gasto en el país de la manera más equitativamente posible, ayudando por igual a las familias del pueblito o la zona en que te encuentres y no cayendo en lo fácil de comprar a cadenas o franquicias internacionales, tipo los omnipresentes 7-11 de Tailandia.

O de forma más sencilla aún, jugando toda la tarde con los niños de una aldea que no recibe visitas extranjeras en años, como nos pasó en una aldea perdida de Laos en mi último viaje. A veces es así de simple. No hay más.

La idea de este post surgió a raíz de una conversación con Mavi, la hermana de unos amigos de Alicante. Ella me pidió información sobre organizaciones fiables con las que pudiera viajar a algún lugar -preferiblemente sudamericano- para ayudar en lo posible.

¿Alguien ha tenido experiencias positivas con organizaciones de este tipo?. ¡Os agradecería que lo compartieráis con nosotros aquí!.

Fuente: http://www.viajablog.com/

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