Hoteles para perderte en la naturaleza
Emails, semáforos, trenes que se van o que no llegan, despertadores, contaminación… Nuestro día a día es una sucesión de diferentes tonos de gris asfalto, de pequeños acontecimientos estresantes y caóticos que, cuando llega la noche, sólo queremos olvidar. ¿Te has parado a pensar que necesitas descansar? Pero descansar de verdad, nada de irte un fin de semana a otra ciudad a obligarte a verlo todo en 48 horas. Hablamos de apagar el móvil, de quitarte el reloj y de que, cuando mires a tu alrededor, no veas ni un sólo edificio en el horizonte. Hablamos de perderte en la naturaleza y dejarte mimar.
PIEDRAFITA LODGE, HUESCA.
El lujo de lo sencillo, del relax, de los colores que pintan las estaciones sobre los árboles. El privilegio de un panorama que ofrece belleza en cada uno de sus 360 grados. La altitud que abre los pulmones. Expira, inspira: estamos en el Piedrafita Lodge, y te han preparado un sinfín de actividades para que seas uno con la naturaleza.
HOTEL ITURREGI, GUIPÚZCOA.
Entre viñedos de txakolí y vistazas al faro de Getaria se hallan las ocho habitaciones del inolvidable Iturregi. Su encanto y elegancia se combinan con un servicio que mima con especial cariño al huésped y, sobre todo, con un paisaje en el que descansar por fin la vista y entregarse a la belleza.
HOTEL NABIA, ÁVILA.
«Sus laderas pobladas de robles y castaños, sus extensos valles y sus profundas gargantas constituyen una de las más bellas zonas de la vertiente sur de la Sierra de Gredos», nos cuentan desde Nabia. Pero, sin duda, lo que nos ha enamorado es su argumentario hostelero: «Aquí, ‘no hacer nada’ puede llegar a ser la mejor actividad».
TORRE DEL VISCO, TERUEL.
Aquí, las habitaciones no tienen ni televisión ni teléfono. El desayuno se sirve a cualquier hora, “para que el despertador se quede en casa”, cuentan los propietarios de esta antigua torre medieval de mediados del siglo XV. De noche no se ve ninguna luz en el horizonte, tan sólo estrellas. Un aislamiento con un cuerpo de servicio a su disposición para no preocuparse por nada.
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